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Estrepitosa eliminación del Real Madrid

Alex Martínez Roig

Cuando el Real Madrid cae en Europa lo hace de forma estrepitosa. Esta vez controló el marcador -que no el partido- durante 80 minutos, y acabó perdiendo cuando ya sentía la llegada de la prórroga como un milagro. Esta eliminatoria ha tenido dos finales de una emoción inaudita; en el Bernabéu, dos minutos salvajes le dieron una cómoda ventaja al Madrid. Ayer, los 15 últimos minutos dieron para cuatro goles, y con el Madrid saliendo y entrando en la tumba de la eliminación.El Madrid puede ahora revolcarse en la desgracia por el gol de Kombouaré en el minuto 96, pero el partido lo había perdido mucho antes de que Zamorano le diese un rayo de esperanza. No puede hablarse de mala suerte, porque el equipo francés, además de sus cuatro tantos, estrelló dos balones en el larguero. El gol de Kombouaré fue un tortazo si milar al recibido el pasado do mingo ante el Logroñés, pero de consecuencias mucho más graves. El Madrid queda fuera de Europa y pierde el primero de los títulos a los que aún aspiraba. Y además dio una imagen de poca calidad para aspirar a un título continental. Temeroso en exceso, sin capacidad de controlar el balón, fue eliminado por un París-Saint-Germain (PSG) que se suma así a la gran fiesta francesa de esta semana. Con el Auxerre, que eliminó al Ajax, en la misma Copa de la UEFA; el Olympique de Marsella, que goleó al CSKA, por 6-0, en la Copa de Europa, y ahora el Paris-Saint-Germain, el fútbol francés opta a alcanzar un éxito sensacional.

90 minutos lejos del área

El partido comenzó a un ritmo extraordinario. En apenas dos minutos, el PSG tuvo dos oportunidades claras, y Butragueño desperdició su mejor ocasión. Aún no lo sabía, pero el Madrid no iba a volver a acercarse con tanto peligro hasta el gol de Zamorano 90 minutos después. Y es que el PSG aplicó sensatez a su juego y se hizo con el partido. Controló mucho tiempo el balón y se armó de paciencia a la espera de esos dos goles que necesitaba.

Artur Jorge, el técnico de PSG, colocó a Simba como tercer delantero, y el Madrid se encontró muy pronto encerrado en su campo, incapaz de retener el balón más allá de dos pases.

El problema del Madrid fue la mala noche de Prosinecki. Cuando él no funciona, Martín Vázquez sirve de recambio, pero ayer tampoco estaba. Hierro y Luis Enrique no sirven para llevar un equipo, y Michel se convierte en la única opción para canalizar balones peligrosos a los delanteros. No hay calidad suficiente en el equipo.

En el PSG todos miran a Valdo y Ginola. Son dos extraordinarios jugadores, pero blandos de carácter. Juegan partidos sensacionales para pasar inadvertidos siete días después. Anoche, para desgracia del Madrid, estaban inspirados. El ambiente previo -los éxitos del Auxerre y del Marsella-, calentó a los parisinos, un equipo que aspira a colocarse en la élite europea, pese a sus 23 años de vida. Ginola desbordó por completo a Nando, al que le rompió la cadera en varias ocasiones. Floro incluso llegó a colocar en algunos momentos a Rocha sobre él para intentar cerrar un pasillo por el que llegaban todos los balones peligrosos.

Al PSG, además, le salió todo muy bien. El primer gol de Weah, antes del descanso, le dio la tranquilidad necesaria para persistir. Y en la segunda parte mantuvo el control del juego, desbordando a un Madrid que hacía ya claramente agua en el centro del campo. Buyo tuvo que detener dos balones muy complicados de Ginola (m. 50) y Weah (m. 52), y el Madrid no parecía reaccionar.

Villarroya por Butragueño

Benito Floro optó por una actitud en principio conservadora, colocar a Villarroya como quinto centrocampista, sacrificando a Butragueño. La idea funcionó, porque el Madrid comenzó a controlar más tiempo el balón y a frenar más pronto al PSG. Pero con esa solución, el Madrid optaba ya drásticamente por defender el 1-0. No era capaz de aprovechar la debilidad de la defensa francesa porque no llegaba con rapidez ni con los hombres necesarios para ello.

El cambio crucial llegó con la entrada de Bravo. El PSG recuperó el aliento que le había faltado desde que Ginola desapareció, quizá cansado por el gran número de desbordamientos que le hizo a Nando en la primera parte. Bravo estrelló un balón en el larguero en el minuto 75, y revivió con ello a un equipo que parecía ya resignarse a su suerte. Y entonces llegaron esos 16 minutos locos.

El drama se escribió en cuatro capítulos, con un final negro para los españoles. Primero con el 2-0 de Ginola, que clasificaba al PSG. Después con el 3-0 de Valdo, que parecía sentenciar al Madrid. Luego con el 3-1 de Zamorano, que sacaba al equipo español de la tumba. Y al final con el cabezazo del reserva Kombouaré, el mismo que clasificó al PSG ante el Anderlecht. El drama estaba cerrado, con los franceses gritando eufóricos y los madridistas llorando de rabia. La suerte le fue esquiva al Madrid, pero el PSG la persiguió anoche con más ahínco.

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Sobre la firma

Alex Martínez Roig
Es de Barcelona, donde comenzó en el periodismo en 'El Periódico' y en Radio Barcelona. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Deportes, creador de Tentaciones, subdirector de EPS y profesor de la Escuela. Ha dirigido los contenidos de Canal + y Movistar +. Es presidente no ejecutivo de Morena Films y asesora a Penguin Random House.

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