Srebrenica sigue sin recibir ayuda, a pesar de la promesa de Karadzic
La caravana con ayuda humanitaria para los musulmanes asediados desde hace 11 meses en la ciudad de Srebrenica siguió ayer sin avanzar un sólo centímetro a pesar de las promesas de Radovan Karadzic, el líder de los serbios de Bosnia. Entre tanto, el general francés, Philippe Morillon, responsable de las fuerzas de protección de la ONU, sigue sin moverse de Srebrenica, a la espera de los convoyes. Morillon mostró su esperanza de poder salvar a la población de Srebrenica. "No soy demasiado optimista, sino resuelto y confiado".La situación de Srebrenica se ha agravado en las últimas horas. La vecina localidad de Konjevic Polje, donde el pasado viernes murieron 16 personas a causa de los morteros serbios, ha caído en manos de las milicias de Karadzic, que ahora avanzan sin encontrar resistencia hacia el enclave musulmán donde se halla Morillon. En Srebrenica, más de 20 personas han muerto de hambre o de frío en las últimas 24 horas, según informan los radioaficionados en Sarajevo.
Karadzic prometió personalmente a Sadako Ogata, la alta comisaria de Naciones Unidas para los refugiados, que se iba, a permitir el paso de la caravana, paralizada ayer, por quinto día consecutivo, en la ciudad fronteriza de Mal¡ Zvomik. "Se nos ha dicho que que no se nos va a permitir entrar hoy", manifestó luego un portavoz de ACNUR, que dio cuenta de la promesa de Karadzic de que también se iba a autorizar la evacuación de heridos. Los 60.000 habitantes de Srebrenica no han recibido ninguna ayuda por vía terrestre desde diciembre y sólo en las últimas semanas han tenido algún tipo de ayuda lanzada en paracaídas por aviones norteamericanos.
Evacuación de los heridos
El Ejército serbio-bosnio emitió un comunicado asegurando que había abierto el corredor entre Srebrenica y Tuzla para el transporte de la ayuda y la evacuación de los heridos desde Srebrenica, incluidos los hombres "que hayan abandonado las armas". La orden, aparentemente, no descendió hasta los comandantes locales en el puente sobre el río Drina, frontera con Bosnia, que exigieron que el convoy del ACNUR renunciara a su escolta militar. Los responsables de la caravana rechazaron esta exigencia.
Morillon, algunos soldados de la ONU y el represente del ACNUR, Larry Hollyngworth, hablaron en Srebrenica de un nuevo lanzamiento de ayuda norteamericana desde aviones. Hollyngworth deploró la poca solidaridad de la población: sólo los más fuertes consiguen la comida.
El príncipe Carlos, mientras, vestido de uniforme militar, pasó un día con las tropas inglesas en Split y Tomislavgrad.
Los dirigentes de las tres comunidades bosnias (musulmana, serbia y croata) acudieron ayer a Nueva York, donde se van a reanudar las negociaciones sobre el plan de paz para Bosnia.
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