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España mantiene su prestigio

Los resultados del Mundial de pista cubierta no han supuesto una caída tras los JJ OO

La medalla la consiguió un hombre, Enrique Molina, pero la dignidad técnica, las chicas, porque de los seis atletas que consiguieron las posiciones que miden el poderío de un país, cinco pertenecen al equipo femenino. España de esta manera, consiguió salvar su prestigio en medios atléticos. Para la próxima competición, la Federación Internacional seguirá manteniendo los mismos privilegios hacia la Española porque su nivel sigue estando entre los 15 primeros países del mundo.

España consiguió una medalla de bronce en los 3.000 metros, que es lo que popularmente cuenta. Pero técnicamente la medición se hace hasta el octavo puesto. Y Sandra Myers fue cuarta en 400 metros, Maite Zúñiga- quinta en 1. 500 y Concepción Paredes y María José Mardomingo, sextas en triple salto y 60 metros vallas, respectivamente. Esto se traduce en 21 puntos, que dan la decimocuarta posición internacional, muy por delante de países que relegaron a España en el medallero al puesto vigesimoséptimo, porque contaron, en algunos casos, con una sola figura que les dio una medalla de oro o plata.De esta manera, el presunto paso atrás del atletismo español tras los Juegos de Barcelona no es tal como a simple vista pudiera parecer. España, por el nivel alcanzado en los últimos años, tuvo 19 atletas invitados a los Mundiales de Toronto y tiene derecho a 25 en los de verano de Stuttgart sin que estas cotas vayan a sufrir merma alguna pues la Ipuntuación total alcanzada no supone descender en el escalafón.

Sin la gran artillería

No hubo éxito en los Mundiales de pista cubierta porque la selección tampoco convocó a su artillería pesada, llámense mediofondistas y marchadores por deseo expreso de ellos mismos, y hubo, además, actuaciones discretas, pero que quedaron compensadas por la fortuna en otros casos, pues las caídas y descalificaciones que se produjeron siempre tuvieron a los españoles como beneficiados indirectamente.El tipo lo salvaron, pues, las chicas y un modesto atleta andaluz de 24 años, funcioritario en excedencia. Molina, en su tercera actuación como internacional, subió al podio en la carrera de 3.000 metros y ahora le esperan,, además de 300.000 pesetas por la medalla de bronce, la subida de categoría como atleta becado por la Federación. El mismo, tras su triunfo, apenas se lo creía. Prefirió saborear a solas en su habitación un triunfo que sólo vio claro a falta de dos vueltas para el final, que con el resto del equipo, cuya mayoría de componentes masculinos prefirieron compartir las decepciones sufridas.

En cuanto al nuevo orden internacional experimentado en el atletismo tras la caída de múltiples fronteras, Rusia tomó la hegemonía de la extinta URSS y ocupó la primera posición en el medallero con 14 metales (7 de oro, 4 de plata y 3 de bronce), las mismas que Estados Unidos, pero este país consiguió menos primeros puestos (5-3-6).

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