Escándalo en la BBC por la evasión de impuestos de su director general
John Birt fue nombrado director de la British Broadcasting Corporation (BBC) a principios de año, con la misión explícita de reorganizarla y hacer de ella un modelo de televisión pública para el siglo XXI. Pero lo único conseguido por John Birt hasta ahora ha sido un escándalo: la revelación de que cobraba oficialmente como asesor externo siendo director general, y a través de una sociedad interpuesta, con la consiguiente evasión de impuestos, le ha puesto al borde de la dimisión y ha causado un enorme desconcierto en la corporación.
Las anomalías contractuales de John Birt fueron descubiertas el pasado fin de semana por el diario londinense The Independent, y desde entonces han causado un creciente revuelo en el Reino Unido.Al principio sólo se supo que su sueldo, próximo a los 25 millones de pesetas anuales, era percibido por una sociedad anónima cuyos socios eran Birt y su esposa: el director general de la BBC cobraba como un asesor externo y, gracias a la sociedad interpuesta, se ahorraba unos 2,7 millones de pesetas en impuestos. Esta irregularidad bastó para escandalizar al público británico, acostumbrado a mirar con el mayor de los respetos a la BBC.
Pero había más. Luego se supo que la sociedad de Birt había obtenido desgravaciones fiscales consignando el pago de 15.000 libras (más de 2,5 millones de pesetas) a la señora Birt por "tareas diversas". Y que existía otro pago, por importe similar, a una secretaria cuya identidad Birt se niega a revelar. Todo parece indicar que la secretaria, fiscalmente desgravable, es también su esposa. Este detalle resulta especialmente flagrante, dado que Birt dispone en la BBC de media docena de secretarias particulares.
Singularidad
El director general de la BBC pidió disculpas públicamente y afirmó que su situación "estaba a punto de regularizarse" cuando fue descubierta por la prensa. Birt babía ingresado en la BBC en 1987 y disfrutaba desde entonces de su singularidad fiscal, muy común en las compañías privadas de televisión (él procedía de una de ellas).Desde el pasado martes, John Birt pasó a ser uno más entre los 25.000 miembros de la plantilla de la BBC. Ese mismo día inició una campaña de relaciones públicas dirigida, según dijo, a ganarse "la comprensión y el afecto" de los empleados de la radiotelevisión pública. Pero las críticas siguieron lloviéndole. Alasdair Milne, que fue director general de la BBC durante cinco años, entre 1982 y 1987, afirmó que la conducta de Birt le parecía "monstruosa e inexcusable".
El viernes pasado se produjo la primera petición de dimisión, procedente del Parlamento. El diputado laborista David Winnick declaró: "Vistas las circunstancias, sería de considerable ayuda para la BBC que John Birt considerara seriamente la posibilidad de dimitir". David Winnick agregó que "existe en medios políticos, y probablemente en la misma BBC, una creciente sensación de que la mejor solución para este escándalo es la dimisión".
Este asunto será estudiado en la próxima reunión del Consejo de la British Broadcasting Corporation (BBC), que está previsto, en principio, que se celebre el próximo jueves 18 de marzo.
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