La derecha francesa acusa a los socialistas de darse sinecuras ante la derrota electoral
La derecha francesa está convencida de que los socialistas están encontrando a los suyos estupendas sinecuras en las vísperas de su derrota electoral. El dirigente conservador François Leotard afirmó ayer que el "crepúsculo socialista" se está caracterizando por el "trapicheo" y el "enchufe". Aludía al abandono por parte de Pierre Joxe del Ministerio de Defensa y su nombramiento como presidente del Tribunal de Cuentas, un puesto del que no podrá ser desalojado hasta que cumpla los 69 años; es decir, dentro de una década.
Francois Mitterrand concedió ayer por decreto la presidencia del Tribunal de Cuentas a Joxe, uno de los más fieles miembros de su guardia pretoriana. El primer ministro, Pierre Bérégovoy, anunció que él asumirá la cartera de Defensa hasta la formación del Gobierno que surja de las próximas elecciones.Centristas y gaullistas pusieron el grito en el cielo. A los comentarios de Leotard se sumaron, entre muchos otros, los de Alain Juppé, que calificó el nombramiento de Joxe de "nueva prueba de la infiltración socialista en la Administración".
En las semanas precedentes ya han provocaron escándalo dos operaciones económicas. Una fue la venta por el ministro Bernard Tapie de la compañía Adidas a un grupo de empresas públicas. Otra, la venta de Yves Saint-Laurent por Pierre Bergé, amigo personal de Mitterrand, al grupo nacionalizado Elf Aquitaine. En los dos casos los precios pagados fueron considerados "exagerados".
La campaña electoral se ve sacudida por otros asuntos turbios. El martes, por ejemplo, se supo que la declaración de patrimonio de Bérégovoy ha sido robada de la caja fuerte de la Asamblea Nacional. Este robo se vincula a la polémica desatada por el préstamo sin intereses que el primer ministro recibió de un empresario implicado en varios casos de corrupción. Ayer, Bérégovoy comentó que el robo de los documentos es producto de "una maquinación" y añadió que las "calumnias son actos odiosos" que constituyen "un peligro para nuestra democracia".
Otro extraño asunto es el asesinato de Jacques Rouseau, portavoz de los pied noirs, los franceses repatriados de Argelia. El viernes, Rouseau fue abatido por un asesino profesional en la localidad de Montpellier, al sur del país. El atentado pudo ser cometido por ultraderechistas hostiles a la línea moderada que Rouseau defendía entre la comunidad pied noir.
Como si nada de esto le afectara, el Gobierno socialista presentó ayer la reforma constitucional deseada por Mitterrand, que recortará las prerrogativas del presidente, pero que no será discutida hasta la formación del nuevo Parlamento.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.