El industrial Ramos Hidalgo se suicidó por motivos económicos
El empresario y constructor Miguel Tomás Ramos Hidalgo, de 46 años, que fue encontrado muerto en su domicilio el martes pasado, se suicidó tras abrir al máximo el escape de la calefacción, lo que le provocó el fallecimiento por inhalación de monóxido de carbono, según informaron ayer fuentes de la investigación.Ramos Hidalgo, que fue presidente de Ramos Hidalgo, SA, una de las empresas adjudicatarias de la autovía de Leizarán, había manifestado recientemente a un amigo suyo que se encontraba muy deprimido por problemas económicos, lo que, según la misma fuente, pudo llevarle a quitarse la vida.
Los investigadores han descubierto que su muerte se produjo el sábado pasado, tres días antes de que fuese encontrado el cuerpo. El juez que investiga las causas de su muerte ya ha determinado que Ramos Hidalgo se suicidó, aunque todavía faltan por incorporarse a la investigación los resultados del análisis de las vísceras, que realiza el Instituto Nacional de Toxicología. El cuerpo fue hallado tendido en la cama de su vivienda, en la que había estado solo los últimos días, ya que su esposa había viajado a Austria.
El empresario fue relevado de su cargo como presidente de la firma Ramos Hidalgo, SA, en junio de 1989. Dos años después, la empresa se retiró del proyecto de la autovía Irurtzun-Andoáin tras recibir amenazas en nombre de ETA. El capital de Ramos Hidalgo, SA, estaba controlado en aquella época por la compañía Construcciones Atocha. Los contratos de esta firma con la Comunidad de Madrid están siendo investigados por el Tribunal Superior de Justicia.
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