El Soviet Supremo ruso quiere implicar al 'superparlamento' en la crisis institucional

El conflicto constitucional que paraliza la vida de las instituciones políticas centrales en Rusia va camino de hacerse más confuso y caótico con la reaparición en escena del Congreso de los Diputados, el superparlamento de 1.068 escaños que puede reunirse el próximo mes de marzo. El Sóviet Supremo de Rusia (Parlamento permanente de 248 diputados) celebra hoy una sesión en la que puede decidir convocar anticipadamente el Congreso, tal como han pedido ya 222 legisladores, en vista del fracaso de la comisión conciliadora que busca un modus vivendi entre el Legislativo y el Ejecutivo.

El Congreso había previsto celebrar su próxima sesión en abril, después de un referéndum sobre las bases de la Constitución que, de no ser anulado, debería celebrarse el 11 de ese mes.

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, y el jefe del Parlamento, Ruslán Jasbulátov, mantienen posiciones irreconciliables en lo que a la división de poderes se refiere y parecen absolutamente incapaces de llegar a un acuerdo.

El referéndum, que podría ser una salida a la opción entre régimen parlamentarista y régimen presidencial, ha sido desaconsejado por un amplio espectro social, que incluye tanto a los líderes de las repúblicas en territorio de Rusia como a políticos del propio entorno de Yeltsin.