Tracy vuelve a las pistas con 30 años

Tracy Austin, que a los 16 años se convirtió en la más joven campeona de la historia del Open de EE UU, ha decidido coger la raqueta otra vez y competir en el circuito femenino, a finales de este mes. Campeona dos veces del prestigioso torneo estadounidense y primera jugadora mundial, ahora, a los 30 años, asegura que acepta la wild card (entrada libre en el cuadro) que le ofrecieron en el torneo de Indian Wells (California), dotado con unos 40 millones de pesetas, que se inicia el 22 de febrero.

"Sólo pretendo jugar al tenis", dice, Austin, mientras considera seriamente la posibilidad de disputar los torneos del Grand Slam. "Deseo competir. Sólo. vuelvo porque me gusta esto. No espero ganar el primer torneo. No quiero ponerme presión a mi misma. Me parecería ridículo. Lo único que espero es ser feliz y competir".Este es el segundo intento para Tracy, desde que decidió poner punto final a su corta carrera en 1984 por culpa de problemas crónicos en las rodillas y la espalda. En 1989, Austin regresó al circuito y jugó dos torneos. Pero se vió obligada a dejarlo de nuevo, tras sufrir un accidente automovilístico que la llevó al quirófano para operarse una rodilla.

Tracy Austin fue la primera niña prodigio que produjo el tenis femenino. Fue la única capaz de romper el predominio de las dos grandes estrellas de la década de los 80: Martina Navratilova y Chris Evert. Austin, hija de un físico nuclear y de una agente de viajes, ganó el torneo junior de Wimbledon a los 16 años. Y atesoré todo tipo de marcas de precocidad, superadas algunos años más tarde sólo por Mónica Seles. A los 14 años alcanzó ya los cuartos de final del Open de Estados Unidos, torneo que ganó dos años más tarde, derrotando a Evert en la final. En su carrera ganó unos 220 millones de pesetas y 29 títulos individuales, entre ellos el Open de EE UU de 1979 y 1981.