"La guerra del Golfo ha supuesto el despegue absoluto para mi cadena"
Pregunta. ¿Qué hace todo un presidente de la CNN en Bagdad? ¿Intentar que su cadena consiga una entrevista con Sadam Husein?Respuesta. Estoy en Bagdad en viaje de cortesía, para felicitar a mi equipo por su trabajo y darle ánimos, pues muchos de ellos han venido aquí procedentes de Somalia. Hace bastantes días que no están en sus casas. He venido también para estar presente en la entrevista con el viceprimer ministro, Tarek Aziz. He hablado con diversos altos cargos iraquíes y con el entorno del presidente Sadam Husein y tenemos la promesa de que la primera entrevista que conceda será para nosotros. Tal vez no se produzca mañana mismo, ni dentro de una semana o de un mes, pero tenemos la promesa en firme.
P. La guerra del Golfo marca un antes y un después en la corta historia de la CNN. Desde entonces nadie discute su liderazgo televisivo.
R. La guerra del Golfo ha supuesto el despegue absoluto para la CNN. Desde entonces no hemos parado de subir y subir. En audiencia y en suscripciones. Cuando comenzaron los bombardeos sobre Bagdad, en enero de 1991, teníamos un gran equipo en la ciudad y logramos retransmitir en directo los primeros ataques, llevarlos a todos los rincones del mundo. Después, Peter Arnett fue el único periodista norteamericano en Bagdad durante muchas semanas. Esto y la cobertura general de la guerra nos dio un enorme prestigio internacional. Demostramos ser lo que decimos ser: una televisión global. Nos ganamos el respeto de todos por nuestra fiabilidad, rigor y honestidad al tratar los temas y por la calidad de nuestro trabajo. Siempre damos los dos puntos de vista. No tomamos partido, pues nosotros no hacemos editoriales. Por eso estamos en Bagdad otra vez, sin problema alguno.
P. En números, ¿cómo se traduce ese despegue desde agosto de 1990?
R. Antes de la guerra emitíamos en 102 países y territorios. Hoy lo hacemos en 200. Nuestra señal llega a más de 100 millones de hogares en todo el mundo. Sólo algunas zonas del norte de Siberia, Nueva Zelanda, el sur de la Patagonia argentina, Tierra de Fuego en Chile, el oeste de Brasil o Groenlandia no reciben aún la CNN. El número de suscripciones particulares y de hoteles se ha multiplicado. Estamos en todas las ofertas de cable porque la demanda así lo exige. La CNN es hoy un gran negocio desde el punto de vista económico.
P. Tras el gran salto de 1991 y de 1992, ¿cuál es el espacio que les queda para crecer en este año?
R. Nuestra ambición como cadena global es poder retransmitir en directo cualquier acontecimiento del mundo que sea de interés. Para ello tenemos cinco equipos móviles de transmisión por satélite, amén de numerosos teléfonos. Con ellos podemos transmitir en directo sin importarnos las dificultades de comunicación locales. Somos completamente autónomos.
P. Algunos críticos de Euronews, la televisión de noticias europea, dicen que un canal multiestatal que reproduce la heterogeneidad de la propia CE y emite en varios idiomas no tiene futuro. ¿Usted qué opina?
R. Prefiero concentrarme en mi trabajo. Mi labor es la CNN, y eso absorbe toda mi atención. Es mucho lo que estamos haciendo. Acabamos de poner en funcionamiento un noveno satélite, el Thor. En los últimos 12 meses hemos inaugurado cuatro delegaciones permanentes en Bangkok, Ammán, Nueva Delhi y Río de Janeiro, con lo que ya disponemos de 28 en todo el mundo. Participamos, como socio mayoritario, con un 32%, en la televisión de noticias por satélite alemana NTV. Tenemos acuerdos con la televisión rusa, con la japonesa Ashai y con Tele Mundo en Centroamérica y Suramérica. Trabajamos en cinco idiomas: inglés, castellano, ruso, japonés y ahora alemán. Estamos casi al principio, en plena expansión.
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