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Roca regresa a la secretaría general de CDC sin lograr los objetivos que se planteo al abrir la crisis

Miquel Roca regresó ayer en el último instante a la secretaría general de Convergència Democrática (CDC) sin haber conseguido ninguno de los objetivos que se fijó cuando dejó el cargo el pasado octubre y le echó un pulso al presidente del partido y de la Generalitat, Jordi Pujol. Su retorno no tuvo aires de fiesta -tuvo un voto de castigo cercano al 30% del Consejo Nacional- ni tranquilizadores para el futuro, e incluso estuvo rodeado de tintes patéticos con las últimas intervenciones a puerta cerrada de los dos protagonistas. Pujol exigió que no se volvieran a repetir en CDC situaciones como la de estos meses y señaló que lo decía "con cierta ira contenida". Roca no tuvo reparo en advertir a los presentes que no buscaran en su regreso una actitud "ni lógica, ni coherente, y tengo dudas de si es demasiado digna", manifestó.

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Roca regresa sin que se haya resuelto la cuestión formal que le llevó a la renuncia a la secretaría general -el mejor funcionamiento de la coalición con Unió Democrática (UDC)- ni las que subyacen en el fondo de la crisis: las discrepancias sobre la participación de los nacionalistas en un Gobierno de coalición con los socialistas, el papel de Cataluña y una pérdida total de confianza entre los dos protagonistas. Pujol y Roca coincidían al término de la reunión del Consejo Nacional en que la crisis no estaba definitivamente cerrada y que se habían. producido divisiones importantes que habían borrado de la imagen de la opinión pública catalana la idea de que CDC era un partido monolítico y sin fisuras.Finalmente, tuvo que ser el propio Roca el que presentara personalmente su candidatura ante los más de 300 miembros del Consejo Nacional del partido después de que Pujol desatendiera las peticiones de muchos de ellos para que fuera él mismo quien le presentara como candidato en un claro gesto de reconciliación. Roca tomó su decisión definitiva pocas horas antes de la reunión de ayer, en la madrugada del domingo. Ante el Consejo Nacional la justificó en pocos minutos, afirmando que había sido sensible a las muchas peticiones de militantes que le habían requerido para no dejar el cargo -"me han dicho que me necesitan", dijo- y para reforzar la unidad del partido. Ninguna referencia a Unió Democrática.

Adelantándose a cualquier crítica que se le pudiera formular, Roca presentó su retorno sin entusiasmo, hasta el extremo que recomendó a los asistentes al Consejo Nacional que no buscaran en su decisión otra cosa que un acto de responsabilidad. "Que quede claro que no es una actitud ni lógica, ni coherente e incluso tengo dudas de si es demasiado digna". Planteó sin subterfugios la posibilidad de que recibiera un voto de castigo y pidió a los consejeros que votaran libremente. Acompañó la presentación de su candidatura de una especie de programa que, a título de inventario, recoge una serie de principios genéricos del papel de Convergència.

Igual que había hecho el pasado martes en la tormentosa reunión del comité ejecutivo del partido, Pujol aprovechó entonces para impartir su magisterio, trazar la división de lo que no está dispuesto consentir que vuelva a repetirse y recriminar a Roca por su actitud de estos meses. Su intervención instantes antes de la votación evidenció de nuevo las diferencias entre ambos. Dijo que en estos meses se había producido "una crisis gravísima" dentro del partido, "con grietas que no se podrán arreglar nunca", y apeló a que no se volviera a producir una situación semejante. "Lo digo con una cierta ira contenida", aclaró.

El presidente de CDC recordó su voluntad de no volver a dejar el partido en manos del secretario general y enfatizó que iba a ejercer la presidencia a partir de ahora haciendo uso de todas sus "atribuciones y competencias, no de una forma implícita sino explícita". Pujol aprovechó la circunstancia para agradecer con ironía a Roca que en el congreso del partido celebrado en 1989 se hubiera introducido una enmienda a los estatutos para dejar claro que el secretario general actúa siempre de acuerdo con el presidente.

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Tras esta reprimenda dijo que votaría la candidatura de Roca y pidió el voto a todos los asistentes "por la unidad del partido". Roca obtuvo 208 votos afirmativos, 58 en contra y 29 abstenciones.

Dirigentes de CDC destacaban ayer, tras la reunión, las dificultades de la cohabitación iniciada ayer. Una de las más significativas será la confección de las candidaturas electorales, que Pujol no quiere dejar, como en otras ocasiones anteriores, en manos de Roca.

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