Estados Unidos da por concluida la crisis de los misiles iraquies
La Casa Blanca dio ayer por finalizada la crisis de los misiles desplegados por el presidente Sadam Husein al sur de¡ paralelo 32 al anunciar que Irak había cumplido con los términos del ultimátum dictado el pasado miércoles por Washington. En Bagdad, la propaganda oficial mantuvo su aire de desafío a las potencias occidentales sin aludir a ninguna retirada y habló de combatir a los agresores cuando lo decida el liderazgo de la nación.
"Todo indica que Irak ha accedido a los requerimientos de la coalición", anunció ayer Marlin Fitzwater, portavoz del presidente George Bush, al dar cuenta de que los misiles antiaéreos desplegados en el área de exclusión "han sido dispersados y no constituyen una, amenaza a las operaciones de vuelo de la coalición". "Una vez más, Sadam Husein ha cedido ante la solidaridad de la coalición", agregó el portavoz, que calificó a Irak de paria entre todas las naciones.El fin de esta crisis no significa que Sadam vaya a tener las manos menos atadas. "Continuaremos escrutando la actividad iraquí", advirtió Fitzwater. "No habrá más avisos" si Irak viola las condiciones dictadas el día de Reyes de no amenazar las misiones de patrulla de los aviones norteamericanos, británícos y franceses sobre el área en que vive la mayoría de los shiíes iraquíes, que se levantaron contra Sadam al final de la guerra del Golfo, hace dos años.Bagdad calló ayer y sólo dejó hablar a la propaganda emitida sin mesura por radio y televisión. No hubo referencia a las informaciones ya emitidas la noche anterior desde Washington de que se estaban moviendo los misiles. El jefe de prensa de Sadam Husein condenó la agresión y escribió en un periódico: "Sí queremos sobrevivir no tenemos otra alternativa que. resistir y desafiar". Según él, la respuesta a la agresión occidental se dará "en el momento que lo decida nuestro liderazgo y por los medios que considere pertinentes".El portavoz aludió a la falta de solidaridad encontrada entre los árabes traidores, de los que queda excluido el líder libio, Muammar el Gaddafi, el único que apoyó a Sadam. También arremetió en términos personales contra el presidente ruso, Borís Yeltsin.
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