Mecanismo de relojería
La época dorada de los autómatas se desarrolló en Europa, fundamentalmente, en Francia, Alemania y el Reino Unido, entre 1880 y 1915. Hoy hay varios museos de autómatas -Barcelona, París, Montecarlo, Múnich...-, pero no está en funcionamiento ni un solo teatro de carácter popular. Ello es debido a que los autómatas eran construidos como piezas de arte, con mecanismos de relojería, y terminaban adornando salones de la aristocracia o colecciones de nobles y miembros de la alta burguesía. "Es en este siglo cuando el hombre de feria toma estos elementos, no se sabe si robados o comprados, de la alta sociedad y los baja al pueblo mostrándolos en la ferias ambulantes formando teatro, aunque en su origen son objetos aislados", comenta el promotor madrileño Gonzalo Cañas.Él ha sido el primero que se ha dejado contagiar por la leyenda y se ha convertido en feriante contemporáneo para mostrar este insólito teatro. Y se ha dado de alta, en el impuesto de actividades económicas como "persona dedicada al teatro mecánico de marionetas, sin domicilio propio".
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