Joventut se sume en una crisis deportiva y económica

El Joventut, que se enfrenta hoy al Estudiantes, en Madrid (La 2, 13.00), se ha sumido en una espiral depresiva que puede complicar sus posibilidades en los diferentes objetivos que se había marcado para la presente temporada. La crisis, palabra que Lolo Sainz admitió tras el partido del pasado jueves ante el Limoges, tiene varias vertientes. La deportiva es evidente porque los jugadores verdinegros distan de ser los que han ganado las dos últimas Ligas, no creen en sus posibilidades y entregan fácilmente los partidos. La crisis económica se traduce en restricciones que pueden minar la moral de la plantilla.El Joventut ha reducido el cuerpo de seguridad a la mitad de sus elementos, ya que la temporada pasada pagó 30 millones de pesetas por este concepto. El clima está jugando a su favor y todavía no ha tenido que poner en marcha la calefacción del pabellón olímpico que implica un elevado gasto extra. Las luces de los vestuarios están atenuadas: de cada dos sólo se enciende una. Recurrir al Ayuntamiento de Badalona no ha producido nada positivo.

La directiva tenía previsto hablar con los jugadores antes del partido del Limoges, pero por una casualidad lo dejó para el final del encuentro. Les iba a convocar para una reunión el próximo lunes con el fin de recabar su apoyo, ya que dada la falta de espectadores y patrocinador se piensa que sólo ellos, con un juego brillante, podrían recuperar la moral de los seguidores. Ahora la reunión no ha sido convocada y está en cuarentena.

También se ha estudiado un plan de viabilidad para los desplazamientos, la mayor parte de los cuales se van a realizar en autocar, ya que se valora un ahorro de unas 600.000 pesetas en cada viaje si en lugar del avión se utiliza la carretera. Este año no hay vuelos chárter en la Liga Europea y se están empleando tres días de viaje por partido.

Algunos rumores apuntaban la posibilidad de que los jugadores no hubieran cobrado todavía la nómina de noviembre, pero han sido desmentidos. Sobre el tema del patrocinador se aguarda que en las próximas horas Dorna resuelva. Todo apunta a que Marbella sigue siendo la carta a jugar si garantiza el pago de los 200 millones que recibirá el Joventut esta temporada. Por cierto, que el Joventut ya está cobrando para evitar un problema de liquidez.

Volviendo al terreno deportivo ahora que vienen mal dadas algunos han empezado a olvidar el papel en tantas ocasiones salvador de Corny Thompson. Algún sector de la directiva piensa que mantenerlo ha sido una decisión más de corazón que de cabeza. Sobre Harold Pressley ha vuelto la polémica y está claro que su futuro está en Italia, por su juego y porque no habrá dinero la próxima temporada para pagarle.