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La convocatoria de Schuster no borra la preocupación del club por su lesión

La lesión de Bernd Schuster, una sinovitis traumática en su tobillo derecho, es imprevisible. Ni los síntomas de recuperación surgidos en los últimos días, que le han permitido viajar junto al resto del equipo rojiblanco a Sevilla y con grandes posibilidades de jugar hoy, suponen que ya no pueda reproducirse. "El estado de Schuster es preocupante", insistió ayer Luis Aragonés, el técnico del Atlético.

Los encuentros que el alemán se dejó en el camino por culpa de su problema -en la Liga, ante el Albacete, el Celta y el Deportivo; en la Recopa, la vuelta ante el Trabzonspor; y en la la Supercopa, el doble enfrentamiento con el Barcelona- sirvieron para reforzar la sensación de dependencia que el Atlético padece con Schuster. El conjunto se resiente cuando él no está.

El 27 de octubre, Schuster se presentó con un tobillo del tamaño de una hogaza de pan. Sonó la alarma. El resultado de la resonancia magnética fue tranquilizador. El hueso no estaba afectado. Se trataba de una lesión artítrica que desaparecería en 15 días. Schuster, efectivamente, se sintió perfectamente en el plazo fijado. Sólo necesitaba coger la forma para reaparecer. Pero su mal se reprodujo.

"Por desgracia", explicó cuando surgió la recaída José González, el jefe médico del club, "no se puede saber si se recuperará en tres o cuatro días o en tres o cuatro semanas. Es preocupante, aunque normal". Después de un mes, los síntomas actuales son aliviantes: se le extrae cada vez menos líquido sinovial y precisa menos infiltraciones. No obstante, la tesis se sostiene: puede reaparecer hoy, tardar tres semanas en hacerlo o jugar y recaer.

Múltiples consultas

La preocupación médica contagió a las altas esferas del club. "Si es preciso, te mandamos a la Luna paya recuperarte", le dijo Miguel Angel Gil, el director general, cuando se reunió hace cuatro días con él para conocer su estado físico y anímico.González envió muestras del líquido sinovial extraído a otros especialistas -dos españoles y un francés- para cerciorarse de que todas las versiones médicas coinciden y no descubren alguna causa infecciosa.

Médicos consultados por este periódico, cuya única referencia del estado de Schuster es lo publicado, definen como "más fastidiosa que importante" la sinovitis: "Es de evolución imprevisible: puede irse en un día como permanecer un año. Además, engaña: parece que uno ya está bien y se reproduce. En algunos casos puede hacerse crónica".

Schuster está confiado: "Me encuentro mucho mejor y creo que podré jugar. Existe riesgo de recaída, pero prefiero pensar que ya fue la última vez. El problema es que, cuando se inflama el tobillo, pierdo un día de mi puesta a punto. Reconozco que llegué a estar muy nervioso porque pasaban los días y no me recuperaba. Por añadidura, era una situación nueva para mí".

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