Havel rinde homenaje a Dubcek como símbolo de la unidad checoslovaca
A poco más de un mes de la desaparición de Checoslovaquia y de su división en dos Estados independientes falleció el sábado, en Praga, Alexander Dubcek, uno de los símbolos más sólidos de la unidad del país. "Dubcek representa, sin lugar a dudas, una personalidad importantísima de nuestra historia moderna", afirmó ayer, ocultando difícilmente su emoción, el ex presidente Václav Havel, que subrayó su valiente intento por humanizar el sistema comunista en 1968 y su empeño por salvar el Estado común de checos y eslovacos.
El Partido Cívico, que dirige el actual primer ministro checo, Václav Klaus, resaltó que, con la muerte de Dubcek, Checoslovaquia perdía a un "político que por su importancia sobrepasó las fronteras del país y llegó a ser persona apreciada por todo el mundo". A su vez, el pesidente del Parlamento federal, Michal Kovac, propuso ayer que a Dubcek se le dispensaran funerales de Estado.Las honras fúnebres por el político desaparecido se celebrarán el próximo viernes en Bratislava, la capital eslovaca, por deseo expreso de sus familiares.
Dubcek, que dentro de pocos días cumpliría 71 años, era presidente del Partido Socialdemócrata de Eslovaquia y hasta el pasado mes de junio presidió el Parlamento federal checoslovaco. El 1 de septiembre pasado sufrió un accidente de carretera que le ocasionó heridas de gravedad, de las que no logró restablecerse.
Dubcek entró en la historia, cuando en 1968 intentó acabar en Checoslovaquia con el régimen totalitario neoestalinista, lo que provocó la invasión de los tanques soviéticos.
En el momento de su accidente, Alexander Dubcek, según todos los sondeos, era el candidato predilecto de los eslovacos para el puesto de presidente del nuevo Estado segregado que nacerá el próximo 1 de enero. En sus últimas declaraciones a la prensa aseguró que jamás dejaría de luchar por la unidad de checos y eslovacos.
En Moscú, capital de donde salió la orden, de invadir Checoslovaquia, Mijaíl Gorbachov rindió homenaje a Alexander Dubcek, a quien calificó de "combatiente de la libertad". El primer ministro británico, John Major, exaltó el coraje del político desaparecido, mientras el presidente del Bundestag alemán le presentó como "un símbolo del cambio, de la democracia y de los derechos humanos".
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