_
_
_
_
FÚTBOL / COPAS DE EUROPA

El Trabzonspor no fue esta vez una delicia turca

El Trabzonspor no fue en esta nueva oportunidad ninguna delicia turca para el Atlético Su firme voluntad de no caer ridiculizado le impulsó tanto a presionar con una constancia digna como a recurrir a una in digna dureza cuando lo consideró imprescindible. Así, Lemi por señalar, realizó a costa de Futre todo un ejercicio de acoso y derribo. Pero, en definitiva, los silbidos con que fueron despedidos por su mínimo público también denunciaron las deficiencias y limitaciones de los jugadores rojiblancos. No en vano siempre se antoja significativo que un equipo sea incapaz de imponerse a otro actuando en su campo y con superioridad numérica durante 42 minutos.El Atlético apenas sobrevivió gracias a sus rentas. Tal y como deambuló anoche, la inversión de los dos goles de Futre y Moya de dos semanas atrás resultó mucho más positiva de lo que se preveía que resultase. Nunca, en efecto, demostró dominio alguno sobre su aguerrido adversario, cuyos tacos chirriaban en sus oídos y que, por añadidura, se vio favorecido por la tempranera lesión de Ferreira. Donato, al retrasarse a causa de ella, privó a sus compañeros del guía que debía orientarlos entre semejante maleza. Ausente Schuster, era el único que podía desempeñar ese papel. A Vizcaíno, que procuró tomar su relevo, le faltan condiciones para serlo. Él incluso puede dar circunstancialmente un espléndido pase a 40 metros de distancia, pero su fuerte no es el de ordenar las evoluciones de los suyos, sino el de apoyar de manera más efectiva que efectista al que sí posee las cualidades precisas para hacerlo.En términos taurinos, lo que el Atlético ejecutó ante el Trabzonspor no pasó de ser una deslucida faena de aliño. No sólo no supo ganarle el terreno, sino que tampoco lo intentó con la convicción que le era exigible. Quizá a excepción de Pedro, que aúna la potencia con la colocación en sus servicios y parece desembarazarse poco a poco de su timidez se sentía muy incómodo para pensar en algo más que en cubrir el expediente. Hasta sus incondicionales seguidores, aburridos y hastiados, se lo reprocharon de modo sonoro al final.

Su técnico, Luis Aragonés, se cansó mucho antes de Luis García, que unas veces se queda estático y otras se mueve demasiado deprisa, pero que de continuo evidencia torpeza en las combinaciones. Sucedió, no obstante, que las mayores revoluciones que pretendió imprimir a su conjunto con Sabas no supusieron un juego más agudo pese a que, por entonces, Abdullah ya había sido expulsado.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_