Kenneth MacMillan, el maestro del ballet
El pasado jueves 29 moría en el Covent Garden (Royal Opera House), de Londres, el coreógrafo sir Kenneth MacMillan, que había nacido en Dunfermline (Escocia) el 11 de diciembre de 1929. El teatro londinense había sido siempre su segundo hogar.Desde 1970 era director artístico del ballet de la casa, y su historia personal, como bailarín primero y coreógrafo después, se encuentra íntimamente ligada a la del Royal Ballet. MacMillan comenzó sus estudios en la escuela de ballet del Sadler's Wells, donde se graduó, y fue miembro fundador del Theatre Ballet en 1946. Dos años más tarde pasa al Sadler's Wells Ballet, y en 1952 retorna a su agrupación original, creando sus dos obras de juventud, Somnambulism (1953) y Laiderette (1954), debutando profesionalmente como coreógrafo con Dances concertantes, al que siguieron otros éxitos inmediatos, reveladores de su talento: House of birds (195 5), su primera pieza narrativa, y Noctambules (1956), que despertó mucha curiosidad al tratar el tema de la hipnosis. En 1958 descubre a una de sus musas, la bailarina Lynn Seymour, y crea para ella The burrow, y en 1960 le repone Baiser de la fée. Otras importantes piezas de esta primera época son The invitation (1960), Diversions (1961) y Shymphony (1963).
En 1967 creó Las hermanas, basado en La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, que está considerado corno uno de sus mejores montajes dramáticos. Su acercamiento a Shakespeare produjo dos obras: Images of love y Romeo y Julieta (1965), que estrenaron Margot Fonteyn y Rudolf Nureyev. Por razones no totalmente aclaradas, estos personajes habían sido pensados para la Seymour y Christopher Gable, que se tuvieron que conformar con ser segundos. El ballet de los amantes de Verona sigue poniéndose todos los años y está ampliamente difundidos en todo el mundo.
Un año después, MacMillan es contratado como director del Ballet de la ópera de Berlín, donde estuvo tres años, para por fin retornar al Royal Ballet de Londres, donde es nombrado en 1970 y de donde saldría muerto tras un proceso de cáncer de garganta que padecía desde hace años. Su última obra fue The Judas tree (1992). Anteayer, mientras se representaba una reposición de Mayerling (1978), falló su corazón. Sobre la construcción de su Árbol de Judas la crítica vertió todos los elogios, fue un canto de cisne sobre la condición humana y el arrepentimiento. Su catálogo sobrepasa las 50 coreografías y con él se va el último coreógrafo de la escuela inglesa tradicional, y era el real continuador de Frederick Ashton, a quien consideraba su maestro.
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