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LA BATALLA POR LA CASA BLANCA

La campaña cobra interés con el avance de Ross Perot

JOSÉ MIGUEL LARRAYA La carrera hacia la Casa Blanca, que hace una semana parecía decidida en favor de] candidato demócrata, Bill Clinton, está más abierta que nunca. El ascenso de Ross Perot en los sondeos de opinión, sus acusaciones contra el presidente George Bush y contra el Partido Republicano, han dado nueva vida a la campaña electoral cuando falta sólo una semana para la votación decisiva. Y a medida que se reducen las diferencias en los sondeos entre los candidatos (la distancia entre Bill Clinton y George Bush está por debajo de los ocho puntos) crece el tono de las acusaciones y de las críticas.

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La opinión generalizada es que la campaña no está decidida en favor de ninguno de los dos principales candidatos y que Perot se ha convertido en un factor clave en el resultado final.Las graves acusaciones de Perot contra el Partido Republica no -dijo que había planeado intervenir sus teléfonos, trucar una fotografía de su hija Carolina y alterar su boda el pasado 23 de agosto- cayeron como una bomba en la aceleración final de la carrera electoral. Perot hizo estas acusaciones el pasado domingo, y dijo que la retirada de su candidatura el pasado 16 de julio fue para proteger a su familia El Partido Republicano ha reaccionado con indignación a . as acusaciones de Perot. Los porta voces de la campaña de Bush no se recatan en recordar la tendencia a la paranoia del multimillonario tejano. Pero las acusaciones, sin base alguna según la investigación realizada por el FBI, han hecho revivir el fantasma de la guerra sucia, una acusación que el Partido Demócrata viene haciendo reiteradamente al Partido Republicano.

La paradoja de las acusaciones de Perot contra el Partido Republicano es que en caso de atraer más votos para el millonario tejano puede darle la victoria a George Bush, en teoría su mayor rival. Y esto es posible porque la subida de Perot en los sondeos es a costa del voto demócrata, lo que ha hecho reducir espectacularmente las diferencias entre Bill Clinton y George Bush.

El candidato demócrata ha intentado distanciarse, hasta el momento, de estas tácticas de difamación y mantener un estilo de campaña pegado a la explicación de su programa electoral, centrado en la recuperación económica de Estados Unidos.

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