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LA BATALLA POR LA CASA BLANCA

Un alto funcionario dice que el presidente Bush está convencido de su derrota

Antonio Caño

El gobernador de Arkansas y candidato demócrata a la presidencia, Bill Clinton, ha tenido que hacer un llamamiento a la prudencia y contra el exceso de optimismo para contener una oleada de opiniones, entre observadores y medios de comunicación, que ya le dan como vencedor de las elecciones del 3 de noviembre. El diario The Washington Post publica declaraciones de personas próximas a George Bush que destilan derrotismo y pérdida de confianza; una llega a asegurar que Bush está convencido de su derrota.

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La victoria del candidato demócrata en el segundo debate, celebrado el pasado jueves, y, sobre todo, la imagen de impotencia que ofrece el presidente Bush han llevado las cosas hasta el punto en el que parece que sólo un milagro puede salvar la candidatura republicana.El diario The Washington Post publicaba ayer declaraciones atribuidas a un alto funcionario republicano que aseguraba que Bush está ya con vencido de su derrota. "Nadie me ha dicho esto, pero piensen que el presidente ahora cree que va a perder y ha decidido perder con dignidad. Sabe que todo ha terminado. Sabe que es demasiado tarde. Esto es muy triste", afirma esa fuente

En un acto público celebrado el viernes en New Jersey, el presidente Bush, que parecía cansado y con poca voz, demostró su nerviosismo cuando se encaró con un grupo de estudiantes que interrumpían su discurso y les llamó "desertores", aunque ninguno de ellos tenía edad de haber sido llamado a filas. Una estudiante manifestó claramente lo que pensaba: tocada con una nariz que rememoraba a Pinocho aireaba un cartel con sólo dos palabras: "Bush miente".

El mismo periódico de Washington cita a un ayudante de Bush que describe al presidente como un claro perdedor: "Se levanta cada mañana y oye una y otra vez en la televisión y lee en la prensa que no hace nada bien, que es un incompetente. Eso termina por afectar a la confianza en sí mismo, y así ha sido".

Aunque cuando presentó su candidatura a la reelección, Bush anunció que haría todo lo que fuese necesario para ganar las elecciones, el presidente parece hoy a veces más preocupado por dejar su cargo con dignidad que por ofrecer batalla hasta el último momento.

Quien está seguro que no debe ya entrar en conflictos con sus rivales sino esperar plácidamente a que la victoria caiga como fruta madura es Bill Clinton, que ha advertido, sin embargo, a sus asesores que sigan trabajando como hasta ahora "porque esto no se acaba hasta que se acaba".

Uno de los principales dirigentes de la campaña demócrata consideró ayer que es muy difícil no ser optimistas en las condiciones actuales: "La gente quiere cambios y empieza a sentirse bien con el tipo de cambios que ofrece Clinton".

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