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Johan Cruyff sancionará a Stoichkov por sus expulsiones en la Liga

Johan Cruyff, técnico del Barcelona, empieza a estar harto de las amonestaciones y expulsiones que periódicamente sufre el jugador búlgaro Hristo Stoichkov. Desde que fue fichado, en 1990, ha sido expulsado en siete ocasiones, la mayor parte de ellas de forma "tonta", según los técnicos azulgrana. La última, el domingo ante el Sporting (1-1), ha agotado la paciencia de Cruyff que negocia con los jugadores para que en su reglamento interno se contemplen nuevas sanciones económicas para evitar esta clase de expulsiones.

Carles Rexach, ayudante de Cruyff, explicó ayer que Stoichkov será "posiblemente" multado a pesar de que el jugador intentó desdramatizar la situación y arremetió contra algunos árbitros internacionales que "no expulsan al que pega duro, pero sí al que protesta".El hecho es que la del domingo fue la séptima ocasión en que Stoichkov fue expulsado. Las seis ocasiones anteriores fueron: contra el Atlético de Madrid en cuatro ocasiones, por insultos al juez de línea una vez finalizado ya el encuentro (octubre de 1990), por una entrada al portero (junio de 199 l), por protestar y derribar a un contrario (14 de marzo de 1992), por obstaculizar a un jugador y protestar al árbitro (19 de septiembre de 1992); contra el Madrid, por dar un pisotón a Urízar Azpitarte (diciembre de 1990), y ante el Burgos, por dar un codazo a Tocornal (diciembre de 1991).

Los técnicos del Barcelona mantienen conversaciones con los jugadores para tipificar una sanción económica en el código de conducta del equipo. "No podemos hablar aún de cantidades, pero creo que ha llegado el momento de tomar alguna medida contra estas expulsiones estúpidas que perjudican mucho a todo el equipo", señaló Rexach.

Críticas a los árbitros

Stoichkov intentó suavizar la tensión interna y canalizó sus críticas hacia el colectivo arbitral. "Hay muchos colegiados internacionales que no expulsan a los que juegan duro, pero, en cambio, castigan a los que protestan", señaló. "También yo podría pegar fuerte. No lo hago. Nunca he lesionado a un jugador", añadió. "Pero, cuando me quejo de las entradas que me hacen o de los golpes que recibo, me expulsan".Lo que ocurrió el pasado domingo ante el Sporting fue interpretado de muy distinta forma por el jugador y el colegiado. "No hice nada", insistió el jugador. "Sólo pretendía devolver el balón, porque no había tiempo que perder; si el defensa lo retiene, no pasa nada. Los árbitros la han tomado conmigo. Mi sanción fue un capricho del colegiado".

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