Crisis abierta en las dos principales formaciones que gobiernan Italia

El Partido Socialista Italiano (PSI) y la Democracia Cristiana (DC), las dos principales formaciones de la coalición cuatripartita que integra el Gobierno italiano, han dado muestras de abierta crisis tras su rotundo fracaso en las elecciones regionales del pasado fin de semana en Mantua y el estallido de un nuevo caso de corrupción en la región de los Abruzos. Los comicios se saldaron con un triunfo de la Liga del Norte, con el 33,9% de los votos.En el PSI, el fracaso ha disparado el tono de la polémica desatada hace semanas entre el secretario general, Bettino Craxi, y su ex delfín, el ministro de Justicia, Claudio Martelli, que pide la convocatoria de un congreso tras declarar que "el PSI de los escándalos está acabado". Lejos de reconocer que el tráfico de comisiones ilegales en Milán sea la causa de esos malos resultados, Craxi acusa a Martelli de haber hecho una campaña conjunta con los socialdemócratas y los ex comunistas de Achille Occhetto que no ha gustado a los votantes del PSI.

En la Democracia Cristiana, su derrota en Mantua coincidió con la segunda dimisión incondicional de su secretario nacional, Arnaldo Forlani, aunque ésta había sido anunciada previamente. Las idas y venidas de Forlani reflejan las dificultades para restablecer la cohesión entre las corrientes de la DC, que se ha visto mas sacudida que cualquier partido por los resultados de las elecciones de marzo.

Entretanto, no faltan escándalos que ayuden a mantener las tensiones. El último, relacionado con el fraude en la administración de ayudas de la CE, ha estallado en la región central de los Abruzos y ya había supuesto ayer la detención de ocho autoridades -cuatro democristianos, tres socialistas y un liberal-, incluido el presidente de la región.