El Estudiantes pone en evidencia al Real Madrid

El Estudiantes ganó el IX Torneo Comunidad de Madrid de la manera más brillante posible: derrotando a su eterno rival, el Real Madrid, en los dos encuentros disputados.

El equipo del Ramiro comenzó el segundo partido algo destemplado. Y no era para menos. Arvidas Sabonis, la estrella del equipo blanco, salió a la cancha dispuesto a todo, e inició la lectura de su catálogo de virtudes por la primera página. El lituano tiene centímetros (220), un cerebro (que habitualmente utiliza), dos manos (dio la única asistencia de su equipo) y mucho, muchísimo carácter (sus miradas matan). Tomos y tomos del mejor baloncesto. Los estudiantiles se aturdieron hasta quedar bloqueados: En los primeros diez minutos sólo fueron capaces de meter tres puntos.

No pudieron quitarse del cuerpo el miedo a Sabonis. Pero supieron poner tierra de por medio. Declararon la zona rival territorio minado y situaron el juego en los aledaños. Borraron de los mapas las estrategias clásicas y obligaron a sus enemigos a ponerse la ropa de camuflaje. Comenzaba la lucha de guerrillas. Pablo Martínez y Vecina sustituyeron a Azofra y a Orenga, y el partido estalló. Dos minutos después Sabonis dejó el partido con cara de aburrimiento.

A partir de entonces el Estudiantes empezó a jugar de memoria. Es un equipo veterano y aplicado, que conoce sus limitaciones y sabe sacar provecho hasta de sus propios errores. Su tercer extranjero, Rafa Vecina, se unió a Orenga en su defensa anticipada a Sabonis, la única posible, y lograron frenarle definitivamente. Atraparon a sus rivales justo en el descanso (con un lamentable, aunque justo, 25-25 en el marcador).

En la segunda mitad Sabonis no sacó el manual de la estantería y dejó en evidencia a su equipo. Es un jugador demasiado grande como para no ser imprescindible. Muchos sistemas se han escrito pensando en él, y cuando atraviesa malos momentos todo el equipo, hace agua.