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Madrid recibe a sus vecinos con 60 kilómetros de zanjas y agujeros en las calles

Ana Alfageme

Los madrileños volverán al trabajo el martes sorteando socavones. Tras el verano, regresarán a una ciudad destripada por 42 kilómetros de zanjas y 900 agujeros -aproximadamente otros 11 kilómetros-, que les sumirán esta semana en el atasco. Sin contar con las averías de gas, agua, electricidad o teléfonos, que obligan a perforar urgentemente el pavimento a un ritmo de medio centenar de agujeros al día. Este año las obras se han multiplicado por 10, sobre todo gracias a la empresa Gas Natural. En el Ayuntamiento aseguraron que Madrid no podía llegar a septiembre con 50 kilómetros de zanjas. Pero si se pusieran las trincheras en fila, llegarían casi hasta Guadalajara, que está a 59 kilómetros.

"Este año las obras se han multiplicado por 10", comenta con aire agobiado Juan de las Heras, jefe de Conservación de las Vías Públicas del Ayuntamiento de Madrid.Agosto termina con 42 kilómetros de zanjas abiertas (26 de Gas Natural, que sustituye el gas industrial por combustible de yacimientos; ocho del Canal de Isabel II, que renueva sus tuberías; cuatro de las compañías eléctricas y cuatro de Telefónica) y con 900 calas (agujeros de menos de 25 metros de longitud) al aire, la mayoría firmadas por Gas Natural y el Canal. Es decir, unos 11 kilómetros, si se multiplican las calas por 13 metros, la mitad de su dimensión máxima. En este mes, y coincidiendo con la Operación Asfalto, que repasó 145 calles, se han abierto y cerrado ya 1.175 agujeros (550 de la compañía de gas) y se sellaron 38 kilómetros de zanjas.

El centro, perforado

Las compañías de servicios pretenden socavar otros 925 agujeros y perforar 41 kilómetros de calle más para septiembre. "Lo que no significa que se les permita hacerlo en ese mes", asegura Fernando Catalá, de la Concejalía de Obras. A mediados de julio, sólo Gas Natural había pedido autorización para horadar 50 kilómetros. Ha perforado 55 hasta ahora y pretende abrir 31 kilómetros más y 450 zanjas. Entonces, Aurelio Escallada, responsable de Infraestructuras de la Concejalía de Obras, advirtió a la compañía que en septiembre Madrid no podía tener 50 kilómetros destripados. Ese tope, con ayuda de las otras empresas, se ha rebasado.

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El centro es, proporcionalmente el distrito más castigado, "porque tuvo agua y gas antes que otros y las conducciones están muy mal", dice De las Heras. Gas Natural quería abrir más de 11 kilómetros de trincheras en el centro y le han dado permiso para perforar 9,5. Sigue con 18 socavones abiertos -hasta el próximo fin de semana- y aún tiene que acometer 10 obras más. El Canal aún mantiene abiertas zanjas en la Cava Baja y en Fernán Flor. Estas dos compañías son, además, las que más socavan por urgencias: el Canal pide 33 permisos al día de media para arreglar averías - 13.229 en los últimos 13 meses- y la compañía de gas, 18. Las eléctricas solicitan tres al día.

La batalla del Arenal

A dos pasos de la librería San Ginés, en la calle del Arenal, hay una zanja de Gas Natural a medio sellar en la que hace días se cayó, un turista japonés, según cuenta Javier, el dependiente. Los 400 metros largos de la calle. han sido bien vapuleados este verano: "Primero, los del agua; luego, una instalación de tráfico, creo; luego, el gas, cavaron zanjas junto a la acera; después, las aceras, y ahora, los del gas perforan las aceras nuevas", enumeraba Javier el viernes.Mientras, el viento llenaba,del polvo de las zanjas los libros de la tienda, los autoinovilistas esperaban en el atasco y las mujeres, cargadas con bolsas de unos grandes almacenes cercanos, avanzaban dando traspiés entre las trincheras y las aceras destripadas. Pese a que el Ayuntamiento asegura que avisó a las compañías de servicios para que cavasen todo lo que tuvieran que cavar antes de hacer las nuevas aceras, a pocos metros de la librería, un obrero remataba un agujero de Gas Natural sobre el pavimento reluciente.

Al otro lado de la calle, una cuadrilla colocaba losas en la acera más amplia. Lo hace desde el 15 de julio y lo hará hasta el 15 de septiembre. "Sí, seguro que es la calle más castigada del centro", asegura un responsable municipal. "Es horroroso, por la noche no duermes por el calor, de día no pegas ojo por los martillazos y si sales a dar una vuelta, te caes en una zanja", dice, crispada, una vecina de la calle, "es la guerra".

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Sobre la firma

Ana Alfageme
Es reportera de El País Semanal. Sus intereses profesionales giran en torno a los derechos sociales, la salud, el feminismo y la cultura. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora jefa de Madrid, Proyectos Especiales y Redes Sociales. Ejerció como médica antes de ingresar en el Máster de Periodismo de la UAM y EL PAÍS.

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