Serbios y musulmanes de Bosnia luchan con fiereza para consolidar posiciones ante la conferencia de paz
Tras un domingo sangriento, en el que murie- ron 48 personas, Sarajevo volvió ayer a ser víctima de un intenso bombardeo de mortero, que obligó al cierre temporal del aeropuerto.El presidente bosnio y líder musulmán, Alia Izetbegovic, ha vuelto a pedir ayuda internacional. En Bruselas, la OTAN estudiará hoy la posibilidad de enviar tropas para la protección de los convoyes. En Londres, en vísperas de la apertura de la conferencia de paz, los británicos han anunciado que uno de sus objetivos es lograr que todas las partes firmen un código de conducta que evute la violación de los derechos humanos.
Los peores combates se están produciendo justo en vísperas de la conferencia de paz. Después de un domingo sangriento en el que murieron al menos 48 personas, las milicias serbias intensificaron ayer su presión militar sobre Sarajevo. La contraofensiva de las fuerzas musulmanas para aflojar la tenaza serbia alrededor de la ciudad ha fracasado, y se ha saldado desde el sábado, según cifras oficiales, por 81 muertos. Ayer, un intenso bombardeo de proyectiles de mortero de los serbios obligó al cierre temporal del aeropuerto. El hotel Hollyday Inn, sede de numerosos periodistas volvió a ser alcanzado.Los suministros de luz eléctrica y de agua sufrieron de nuevo numerosos cortes en muchas zonas de la capital. Un tren cargado de municiones que milicianos musulmanes intentaban introducir en el barrio fue destruido por las guerrillas serbias.
Los combates entre musulmanes y serbios han ganado en fiereza en las últimas horas ya que ambas partes intentan consolidar sus posiciones militares antes de la conferencia de Londres.
Ayuda internacional
El presidente bosnio y líder musulmán, Allá Izetbegovic, aseguró ayer a pesar de todo que las fuerzas de la Defensa Territorial habían conseguido rechazar la víspera el intento serbio de romper las líneas de defensa de la capital. Izetbegovic reiteró su pedido de ayuda internacional. En este sentido, la Alianza Atlántica elaboró ayer una lista de posibles misiones de protección de convoyes de ayuda humanitaria en Bosnia-Herzegovina, que deberá ser analizada hoy por los embajadores de los 16 países miembros. Sin embargo, fuentes de la OTAN aseguraron que existe un creciente consenso que en el seno de la Alianza para no interferir en las operaciones actuales de las Naciones Unidas. Por otra parte, los representantes de los ministerios de Exteriores y Defensa de los países de la Unión Europea Occidental (UEO), reunidos ayer en Roma para tratar de la ex Yugoslavia, estudiaron las informaciones y propuestas elaboradas al respecto por el Grupo de Planificación y Contingencia, creado en la anterior reunión del pasado día 13, informa desde la capital italiana Karmentxu Marín. En el comunicado hecho público tras la reunión se subraya la solidaridad existente en el seno de la UEO y la atención prestada por todos sus miembros a la rápida organización del envío de ayudas a la población de Bosnia-Herzegovina.
Los británicos, anfitriones de la conferencia de paz que se inicia mañana, presentarán a la firma de las partes en conflicto en Bosnia-Herzegovina un documento de cuatro puntos en el que éstas se comprometen a mantener "un comportamiento civilizado", según afirmó un alto funcionario inglés.
Los británicos, cuyo primer ministro, John Major, copatrocina la conferencia junto al secretario general de la ONU, Butros Gali, intentarán también conse guir que se elabore un código de conducta por el que las partes se comprometan a no conquistar territorios por la fuerza, a poner fin a la denominada limpieza étnica y a mejorar las condiciones en los campos de detención.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.