El mercado común norteamericano consolida una economía de bloques

La firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos, México y Canadá consolida la división mundial en bloques económicos. Ante el casi todopoderoso Japón -con su área de influencia- y la emergente Comunidad Europea, Estados Unidos ha reaccionado creando un mercado de más de 20 millones de kilómetros cuadrados y 360 millones de consumidores.

El Tratado de Libre Comercio permitirá al nuevo bloque competir más efectivamente con otros mercados globales y obtener los beneficios de una liberalización comercial que amplía su acceso a millones de consumidores.El histórico acuerdo suscrito ayer en Washington supone, entre otras cosas, eliminar las barreras comerciales en el plazo de 15 años entre los firmantes, abrir sus mercados financieros antes del año 2000 y liberalizar el sector automovilístico estadounidense. La única limitación será el mantenimiento de la soberanía mexicana sobre su petróleo. Al anunciar el tratado, el presidente norteamericano, George Bush, dijo que "generará trabajo y crecimiento económico en los tres países". El TLC no será aprobado definitivamente por el Congreso de EE UU antes de 1993.

Casi simultáneamente al anuncio de Bush, el presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, pronunció un mensaje televisado a su país en el que afirmaba que las negociaciones -200 encuentros trilaterales y 7 reuniones ministeriales en 14 meses- se habían llevado de forma cuidadosa y respetando la Constitución mexicana.

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