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Los clubes se movilizan para contratar a las estrellas de la 'Quinta del Cobi'

El acuerdo entre los expertos es total: la Quinta del Cobi ha ofrecido en los Juegos Olímpicos de Barcelona una clara opción de futuro a su predecesora, la Quinta del Buitre. La selección absoluta, ahora ya de Javier Clemente, continúa su andadura hacia el Campeonato del Mundo de Estados Unidos 94 el 23 de septiembre, en Riga, contra Letonia. Nadie duda de que entre los convocados figurará alguno de los jóvenes de Vicente Miera. Mientras tanto, los clubes rastrean en el grupo posibles fichajes. Quico (Cádiz) es el más cotizado. Otros, como Luis Enrique (Real Madrid), se han revalorizado en su propio equipo. También los hay que, como Toni, han pasado a ser objeto de disputas entre varias entidades.

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Las lecturas son diversas. Los jugadores que ya figuraban en clubes grandes han visto reforzadas sus posiciones. Los de los modestos contemplan un futuro lleno de posibilidades de mejora. "Los ficharía a todos", dijo Benito Floro, el entrenador del Real Madrid, que añadió: "Está claro que quien quiera defender o conseguir un puesto en la selección absoluta tendrá que trabajar con un par de narices porque los olímpicos lo han hecho fenomenalmente".El fútbol olímpico es una disciplina singular por no reunir a los mejores del mundo. El límite de 23 años impuesto por la FIFA convierte el torneo en un escaparate para los jugadores no consagrados y sirve para reivindicar las pretensiones de una serie de ellos que no son titulares habituales en sus clubes.

Quico, 500 millones

Quico, por ejemplo, asume con tranquilidad el interés de los clubes por un delantero de su eficacia. De entrada, el Cádiz lo ha tasado en 500 millones de pesetas y el Atlético de Madrid está dispuesto a pujar por él. Bergés, del Tenerife, ha oído ya los cánticos de sirena del Madrid: "Sólo de pensarlo, me caigo de espaldas". La pista de Amavisca, del Valladolid, también es seguida.

En otros casos es distinto. Solozábal ya era titular en el Atlético de Madrid, pero su labor en la selección olímpica parece haber limpiado su camino como uno de los fijos de la absoluta. A su vez, su compañero López ha confirmado en Valencia y Barcelona el porqué de su progresiva presencia en el Atlético. Los barcelonistas Guardiola y Ferrer son, sin duda, los futbolistas más laureados de 1992: Liga española, Copa de Europa, Supercopa española y campeonato olímpico. No necesitan más.

Otros matices aluden a Luis Enrique. De estar a un paso de salir del Real Madrid por la puerta falsa, camino del SeviIla, ha pasado a ser uno de los delanteros con más proyección del club blanco. Abelardo, Alfonso, Lasa y Soler también viven momentos dulces.

Para los poco reconocidos miembros de la selección española, el gran nivel de juego desarrollado es casi una reclamación de plusvalías. "Está claro que muchos de nosotros hemos venido aquí con la ilusión de que esto fuese como un gran escaparate y, por supuesto, de achuchar a las figuras", declaró en su día Quico. "Yo juego en un club pequeño que araña puntos donde puede. Pero he demostrado lo que soy capaz de hacer en un conjunto de mucha calidad y con un fútbol más ofensivo, de más ambiciones", agrega ahora.

Cierto respeto

El portero Toni ve cómo sus actuaciones en la selección olímpica le dan fuerza a la hora de exigir justicia en su traspaso desde el Figueres al Zaragoza, vía el Barcelona. "Yo acudí a los Juegos teóricamente como suplente", recuerda, "pero la gente se ha dado cuenta de que puedo actuar en la Primera División y esto ayuda mucho a que consigas cierto respeto".

Algunos otros, ya establecidos en clubes grandes, han notado las vibraciones positivas a través de su aportación al buen hacer olímpico. "La Liga española da pocas oportunidades para que los jóvenes jueguen asiduamente en los equipos más importantes", expone Luis Enrique; "por eso esta oportunidad en la que se ha probado lo que uno vale ha sido muy interesante".

Sin embargo, el ex sportinguista es reacio a admitir que su permanencia en el Madrid sea una consecuencia directa de su labor como olímpico: "Estas decisiones deberían producirse al margen de lo que haces en un puñado de partidos. Tendrían que basarse en tu trayectoria. ¿Pero quién sabe? Yo, durante la temporada pasada, jugué unos 25, pero por desgracia para mí en una demarcación que no era demasiado de mi agrado. Puede ser que con Miera haya mostrado cómo puedo rendir en otra".

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