_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Deporte

Los que no hacemos deporte desde que suprimieron los últimos tranvías de la era moderna -Pues ya no hacía falta correr para cogerlos en marcha- nos hemos sentido fascinados con las proezas acaecidas en los Juegos de Barcelona. El ejemplo de los esforzados atletas va a tener un efecto multiplicador, y cuantos estábamos entregados a la vida sedentaria nos pondremos a hacer deporte.La máxima "Mens sana in córpore sano" adquiere para multitud de españoles adultos el sentido real que en su tierna infancia apenas llegaron a intuir. íbamos los chavales a gimnasia una vez por semana, salvo que se enfureciera el cura, pues entonces nos castigaba a escribir cien veces la frase "No cantaré canciones obscenas". Ocurría que, cuando nos llevaban a gimnasia, manifestábamos nuestro escepticismo cantando bajito: "Gimnasia, gimnasia, / la base de la salud. / Haciendo gimnasia / se escoña la juventud".

No usábamos prendas deportivas: la camisa arremangada, y gracias. Los ejercicios consistían en subir y bajar los brazos, tres flexiones, dos zapatetas, bronca del cura por reírnos, y vuelta a clase marcando el paso. Los tiempos han cambiado, afortunadamente, y esas 22 medallas conseguidas por nuestros atletas no son fruto de la casualidad, sino de una seria preparación que hubo de empezar en las escuelas.

Los Juegos Olímpicos fomentarán el deporte, pero todos han de tener las, mismas oportunidades, profesor que les enseñe, cancha donde practicarlo, da igual que sean capaces de batir marcas o sirvan sólo para dar sombra al botijo. Las medallas deben reflejar la cultura deportiva de un país, la salud física y mental de sus gentes. Mas si la política deportiva se circunscribe a que las ganen los superdotados, entonces constituyen un montaje. Y ése no puede ser el legado de la 25a Olimpiada de la era moderna, tan emotiva y tan bonita.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_