Entierro de Jesús Ibáñez

El sociólogo Jesús Ibáñez, que falleció en Rouen (Francia) el pasado 4 de agosto, fue enterrado ayer en el Panteón de Hombres Ilustres del cementerío civil de Madrid.Jesús Ibáñez, catedrático de Sociología de la Universídad Complutense, había sido operado con resultados satisfactorios de un cáncer de garganta. Mientras dormía sufrió un paro cardiaco irreversible.

Sus restos mortales, acompañados por Esperanza, su viuda, fueron trasladados por avión el sábado de París a Madrid.

Numerosos profesores universitarios, alumnos y profesionales se reunieron ayer en el cementerio civil de Madrid, a las dos de la tarde, para dar el último adiós a quien "ha sido para todos amigo y maestro entrañable", según declaró Juan de Dios Ruano, miembro del equipo de Ibáñez.

"Su discurso, siempre nómada", dice Ruano, "desembocó en la construcción de un paradigma complejo para la investigación social. Con todo, afirmaba que era preciso ir más allá de la sociología".

"Su obra", precisa Ruano, "es una realidad y una promesa, un indicio de porvenir, una huella de creatividad, una novedad siempre a punto de ser estrenada. Se ha subrayado su sentido del humor, su humilde sencillez de sabio. Irónico, como siempre, llegó a escribir: 'Si algún día muero, que todo es posible, me gustaría decir, como Neruda, que lo que más me enorgullece es que nunca he vendido ni una palabra al poder".

Partiendo de la semiología y del psicoanálisis, su método de investigación social se concretó en el desarrollo del "Grupo de Discusión", como técnica idónea para el estudio de los discursos sociales.

Su modelo teórico, en sintonía con tendencias innovadoras en la comunidad científica internacional, se basa en la convicción de que los sociólogos no estudian la sociedad, sino los modos y maneras que ésta emplea para conocerse a sí misma, incluyendo en ellos a la propia sociología.

Ibáñez aportó una metodología cualitativa, que ha generado un espacio teórico original para el pensamiento de numerosos científicos americanos y europeos.

Jesús Ibáñez introdujo en España la sociología reflexiva y fue figura de relieve en la reflexión sobre el aprendizaje de la democracia.