Discapacidad física e información
Cada año se producen en España más de 1.000 casos de lesiones medulares. El 70% de estas lesiones es de origen traumático, debidas en su mayor parte a accidentes de tráfico. La edad media de estos lesionados medulares desciende continuamente, y en la actualidad se sitúa en torno a los 28 años, lo que significa que durante 1992 la vida de cientos de jóvenes quedará ligada a una silla de ruedas.En nuestro país, si exceptuamos las revistas especializadas, hay hasta el momento una total falta de información sobre la discapacidad física, y cuando ésta se ha tratado ha sido casi siempre desde una perspectiva sensacionalista que parece seguir de cerca aquel aserto de transmutar lo real en espectáculo. Por un lado, la espectacularidad se suele asumir bien porque provoca distanciamiento, y por otro, si se insiste en una determinada imagen será difícil acceder a otra. Casi siempre buscamos en los medios de comunicación, consciente o inconscientemente, todo aquello que confirme nuestra propia visión del mundo. En este caso, ideas preconcebidas relacionadas con la compasión, la lástima o el proteccionismo.
La opinión pública -tal vez a excepción de la catalana- apenas sabe nada sobre un acontecimiento tan relevante como las Paraolimpiadas, lo que no deja de ser grave, primero porque se realizan en España y segundo porque nuestros atletas paraolímpicos están entre los mejores del mundo. Este ejemplo, entre otros muchos que se podían poner, no deja de ser una mera anécdota que refleja una realidad más profunda: el desinterés de la sociedad por las discapacidades físicas. Si esto es así, es principalmente por falta de información, lo que a su vez incide en el desinterés, y sobre lo que no interesa no se informa. Un círculo vicioso que únicamente puede quebrar la comunicación.
La información es fundamental para que la sociedad varíe la percepción que tiene sobre la discapacidad física, lo que a su vez influirá en la percepción que los discapacitados tengan sobre sí mismos; para presionar a la Administración a tomar las decisiones pertinentes que defiendan los derechos de unos ciudadanos; para prevenir los accidentes y para explicar, y tal vez sea esto lo más duro, que una lesión medular la puede sufrir cualquiera sin que ello signifique, ni mucho menos, que su vida ha terminado. Sólo así la abismal distancia que separa el antes y el después se podrá ir acortando. Sólo así una silla de ruedas podrá convertirse en una circunstancia.-
