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A 'Daiko' le gustan los vídeos 'porno'

Los cuidadores de un 'zoo' japonés aplican terapia televisiva a una gorila con inapetencia sexual

Juan Jesús Aznárez

La prolongada inapetencia de Daiko, su meláncolico retiro y los irritantes desplantes en el tálamo sacaban de quicio a Sho, que en varias ocasiones debió ser reducido por la autoridad para evitar que violase a su pareja sin mediar gruñido. La situación se hizo insostenible al advertir el desesperado consorte que una vez perdidos los estribos igual le daba cumplir con el débito de grado o por fuerza. Los cuidadores de Daiko y Sho, los gorilas del zoológico de la ciudad japonesa de Harrimatsu protagonistas de este dramático conflicto familiar, decidieron aplicar una terapia de choque: suministrar a Daiko una dieta de vídeos pornográficos con apuestos gorilones empleándose con entusiasmo y aplicación en la coyunda. Los resultados son esperanzadores.Sho, de 108 kilos y ligeramente cargado de espaldas, nunca fue uno de esos canallas que llegan a casa borrachos y exigen de su señora las acrobáticas variantes de la postura del misionero que les recomienda el quid divinum etílico. Contrariamente, su comportamiento ha sido ejemplar, según los veterinarios, y el mono únicamente reclama los tocamientos que le corresponden por derecho- natural. La proyección de las películas no es reciente, porque este desamor animal viene de atrás. Han sido 10 años de impavidez por parte de Daiko y otros tantos de mensual visionado de un material que intenta sugerirle deleite en la procreación de la especie. El empacho parece haber tenido sus efectos, y en los últimos 12 meses la pareja se ha reconciliado en cinco ocasiones.

Los frutos son reconfortantes, pero no los apetecidos por la dirección del zoológico, que tal vez envidia a sus colegas del parque de Washington, donde una congénere de 10 años llamada Mandara se hizo cargo del hijo de una amiga, además de cuidar a la suya propia, algo mayor, demostrando ser toda una madraza. Daiko ni siquiera ha quedado embarazada todavía, y no se descarta aumentar el calibre de los filmes para estimular la imaginación y el apetito de la mística cuitada a través de un frenesí goriláceo más audaz o caprichoso. "El problema es que no hay muchos vídeos con gorilas haciendo el amor", se lamentaba Rikio Nakazawa, uno de los. veterinarios encargados del caso y fervoroso partidario de intensificar el tratamiento. Aparentemente tan desesperado como Sho, el albéitar nipón efectuó este conmovedor llamamiento al mundo: "Si existe algún vídeo de pornografía con gorilas, quisiéramos conseguirlo". La pareja, mientras tanto, duerme en camas separadas al demostrarse que la rijosidad de Sho es mayor que su paciencia y existir sospechas de que la pobre bestia pueda aprovechar la nocturnidad para vejar a la paciente.

La utilización de vídeos para adiestrar a simios había sido inaugurada por el zoológico de kioto hace 11 años. En aquella ocasión formaron parte de un cursillo preparto destinado a lograr que una gorila atendiera adecuadamente a la Tutura cría. La innovación fue todo un éxito. De los siete gorilas nacidos en cautividad en las últimas tres décadas, casi todos debieron ser alimentados por los veterinarios. Los técnicos de Harrimatsu, como buenos japoneses, invierten a largo plazo, y confían en que Daiko sabrá superar su desgana para tranquilidad de todos, y principalmente del apesadumbrado Sho, a quien se le niega la asistencia a los pases para no mortificarlo y evitar que después de la función algún inocente sufra las consecuencias de un cariño no correspondido.

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