Italia elimina la renta limitada en alquileres y eleva la edad de jubilación de 60 a 65 años
El Gobierno italiano suprimió el viernes el régimen de renta limitada para los alquileres de apartamentos de nueva construcción o incluso de los antiguos si el inquilino gana más de 50 millones de liras anuales (cerca de 4.500.000 pesetas). Al mismo tiempo, introdujo un proyecto de ley, que será aprobado por decreto, en virtud del cual los italianos gozarán de ciertas ventajas si optan por retrasar hasta los 65 años su jubilación, prevista legalmente en los 60 años.
Ambas medidas forman parte de un programa orientado a sanear las deterioradas finanzas públicas italianas. La supresión parcial de las rentas limitadas, en concreto, viene a compensar a los propietarios de inmuebles de la introducción de un impuesto extraordinario equivalente al dos por mil de los valores catastrales, aprobado el viernes y que deberá ser efectivo antes de octubre.
La otra medida importante del paquete de urgencia que debería reducir en 30 billones de liras el déficit de 180 billones previsto para este año es otro impuesto extraordinario del seis por mil de los saldos a 9 de julio en todas las cuentas corrientes y de ahorro y que será retenido por los bancos. El Gobierno ha completado este plan para aumentar sus ingresos con subidas sustanciales de los timbres y pólizas del Estado.
En cambio, no ha establecido un temido impuesto adicional sobre la renta de las personas físicas, que habría variado entre el 2% y el 4% de la base imponible de este año, al que opusieron una fuerte resistencia los sindicatos.
La mitad de los 30 billones en que se quiere reducir el agujero presupuestarlo vendría del aumento de ingresos facilitado por estas medidas. La otra mitad de reducciones de gastos que, sin embargo, no afectarán a los capítulos sociales, como sanidad y pensiones, según prometió el primer ministro, Giuliano Amato.
[Los sindicatos, por un lado, y los empresarios, agrupados en la patronal Confindustria, por otro, criticaron ayer el programa de emergencia del Gobierno. Las tres confederaciones sindicales, que representan a 11 millones de trabajadores, amenazaron con una huelga general en caso de que el Gobierno no introduzca algunas modificaciones a su programa de austeridad. Los representantes sindicales, que critican el aumento de las contribuciones sociales, manifestaron que el plan contiene "algunas medidas que van en la dirección del riguroso saneamiento económico, pero también otras inicuas e inaceptables".
La Confindustria, por su parte, declaró que estaba "desilusionada" con el programa gubernamental porque en su opinión se basa en mayores impuestos y no en la contención de los gastos públicos y subrayó que tiene esperanzas de que se modifique en el Parlamento, informa IPS].
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