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Guerra vecinal contra el supermercado de copas

Un policía nacional efectuó anoche un disparo al aire para contener el desbarajuste y el caos que, por segundo día consecutivo, se vivió anoche en la calle del general Lacy. Allí acaba de inaugurarse una gigantesca discoteca -con capacidad para 5.000 personas- que ha levantado la iras de los vecinos. Unos 200 se echaron a la calle y cortaron el tráfico. El estruendoso ruido les impide dormir. El agente disparó para amedrentar a los ocupantes de un vehículo que, a toda velocidad, atravesó la barrera humana vecinal. El conductor fue detenido, y los otros dos pasaron por el alcoholímetro.

Un impresionante ajetreo de clientes volvió a apoderarse anoche de la zona, nuevamente atestada coches y protestas, esta vez en la calle. Hasta el punto de que la Policía Municipal hubo de desviar el tráfico.El antiguo local que albergó la fábrica de cervezas El Águila, en la calle del General Lacy (en Arganzuela), despertó en la noche del jueves al viernes, de su letargo, y despertó también a sus vecinos.

El primer incidente se registraba así en el mismo día de la inauguración. Los ruidos, los coches en triple y cuádruple fila y algunas plazas de garaje ocupadas indebidamente tuvieron la culpa. La grúa actuó, pero no dio abasto.

El concejal presidente del distrito, Clemente Torres (PP), sólo recibió una queja. Y ayer, antes de los sucesos registrados anoche, declaraba: "Vamos a proteger el único centro de carácter recreativo y cultural que tiene el distrito de Arganzuela, garantizando la tranquilidad de los vecinos". El concejal asegura que todo está en regla, "aunque se trata de una licencia de apertura muy especial: un permiso temporal de tres meses de duración concedido tras el visto bueno de Protección Civil y de la Comunidad Autónoma".

El concejal asistió a la fiesta el día de la inauguración, "como miles de vecinos. Yo les conozco y les vi allí". Puede que mientras los gritos dejaban oír un "queremos que salga el concejal", Clemente Torres estuviera aún dentro del recinto o quizá ya se había marchado.

"Eso sí", aclara, "el ruido no sobrepasó los límites. Me fui caminando por la calle del General Lacy, y, debido a la gran altura de los muros, allí no se escuchaba nada". Torres sí admitió las aglomeraciones de coches y los problemas de estacionamientos indebidos, "pero eso es normal en un día de inauguración", dijo. La fábrica dispone de solares que van a acondicionarse como aparcamiento público. Me van a perdonar mis convecinos, pero creo que las protestas son un poco prematuras".

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El concejal ha ultimado el cumplimiento de las normas básicas, que, de transgredirse, provocarían su cierre. "La diversión con orden es salud", remacha Torres, concejal de Arganzuela.

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