Minusválido en la Expo

Hace unos días estuve en la Expo. Si no había ido antes, a pesar de vivir relativamente cerca, era por temor a que, al ser minusválido físico, me encontrase con una serie de trabas, problemas y barreras arquitectónicas que me impidiesen disfrutar de la muestra. Mi grata sorpresa fue cuando desde que entré por la puerta todo fueron facilidades y casi todo el recinto está completamente adaptado para que las personas con minusvalías podamos disfrutar tanto como el que más de la Expo 92:-Entradas cómodas para que no tengamos que estar horas de pie en las colas, con un personal, tanto en taquilla como por el recinto, superamable que facilitan la labor de contemplar y disfrutar de la exposición.

-El servicio que presta la ONCE en todo el recinto, facilitando desplazamientos, sillas de ruedas, etcétera, y además de forma gratuita, me parece formidable y de agradecer. El día que estuve en la Expo no me fue posible visitar el pabellón de la ONCE. Sé que de muchas de las consecuciones son en parte, o totalmente, responsables.

-Todos los pabellones, o por lo menos todos los que visité, están diseñados de forma que existan las mínimas barreras arquitectónicas. Además, en todos ellos el personal del interior y de la puerta dan las máximas facilidades para que se puedan ver de forma cómoda.

-Los servicios están adaptados, con espacio suficiente para las sillas de ruedas y una altura prudencial. Existe un número considerable y la señalización es muy buena, cosa que, la verdad, no ocurre en la mayoría de las ciudades, desgraciadamente.

-Existen rampas en todos los lugares y es posible ver toda la muestra.

Desde aquí animo a todas aquellas personas que, como yo, tengan una minusvalía física a que visiten la Expo 92 con toda tranquilidad y sin pensar en "qué me encontraré allí", porque les aseguro que todo lo que van a encontrar es trato amable y facilidades, por lo menos es lo que encontré yo-