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"No jugare con Hugo Sánchez a mi espalda"

El delantero chileno, Iván Zamorano, cuyo traspaso del Sevilla al Real Madrid fue acordado el pasado miércoles, ha afirmado en una entrevista concedida a EL PAÍS en su domicilio de Santiago de Chile: "No jugaré con Hugo Sánchez a mi espalda". Zamorano llega al equipo madridista mientras se va al Brescia italiano el centrocampista rumano Georghe Hagi, cuyo rendimiento ha sido muy cuestionado por su irregularidad. Zamorano, junto a Prosinecki y Rocha son ahora los extranjeros del Madrid.

Zamorano admitió no obstante, que su nueva responsabilidad será muy elevada: "Quiero hacer un aporte al equipo y, ojalá 'Dios quiera' pueda igualar un poco lo que fue Hugo para el Madrid". De 25 años, soltero, Zamorano es el principal ídolo deportivo en Chile, donde se encuentra de vacaciones. Su apartamento, en un exclusivo barrio de Santiago, donde vive con su madre, huye de periodistas locales. Con su traspaso de 500 millones de pesetas se ha trasformado en el futbolista más cotizado del país, batiendo el récord que él mismo tenía con su paso del Sant Gallen de Suiza al Sevilla.Zamorano cree que se podrá adaptar al sistema de juego de su nuevo equipo. "Un futbolista tiene que estar preparado para todo tipo de situaciones, sistemas y tácticas. Para adaptarse es cosa de saber entender qué desea el técnico".

Con aplomo, declara que puede desempeñarse en funciones diferentes en el ataque merengue. "Puedo ser un jugador en punto, ir desde atrás o de área a área", dice. Durante toda su carrera, ha jugado como delantero centro, salvo seis meses en que fue defensa central.

Por las características de Emilio Butragueño, "a lo mejor puedo ser el hombre en punta, porque a él le gusta venir desde atrás, y así puedo aprovechar un poco más la facilidad que tiene Michel para centrar desde la banda, o las condiciones de Fernando Hierro para llegar acompañando", sostiene.

No conoce al técnico del Madrid, Benito Floro, pero confía en triunfar sobre la base de sus goles. Declina pronunciarse sobre los problemas que rodearon la salida de Hugo desde el Madrid.

De sus propias características, él resalta su capacidad para saltar. Atribuye su facilidad a condiciones innatas y a un entrenamiento que, en su adolescencia, incluyó el atletismo. Cree imprescindible para el éxito, además de la práctica constante, "mantener equilibrio y sencillez en la vida personal".

Aunque dice que todos los goles marcados en su carrera le han dejado recuerdos, resalta uno que marcó una nueva etapa en su carrera internacional. "Es inolvidable el gol que hice cuando llegué a España, que significó el triunfo del Sevilla frente al Real Madrid por 1-0".

Hijo de un ex funcionario de la Coca-Cola, Zamorano vivió en un barrio de clase media en Santiago. Su afición por el fútbol comenzó al acompañar a su padre a partidos. Cuando los técnicos advirtieron sus condiciones de goleador, y por consejo de uno de ellos, decidió ser profesional al terminar sus estudios secundarios.

13 millones detrás

Además de la selección, en Chile sólo jugó en Cobreandino y Cobresal, en Segunda y Primera División, respectivamente, constituyéndose en goleador de ambos equipos. Sin experiencia en ninguno de los clubs más populares del país, emigró a Europa, hace cinco años.La televisión chilena solía transmitir en directo sus partidos en el Sevilla. "Cuando entro al campo de juego en España, no sólo estoy jugando por mi honor o por Iván Zamorano. Tengo conciencia que detrás mío hay 13 millones de chilenos pendientes de lo que estoy haciendo. Y eso lo siento. A veces, cuando termino un partido, doy gracias por poder entregar algunos minutos de alegría y gozo a toda la afición chilena".

Como cábala para los partidos, Zamorano reza y se pone un brazalete de color blanco, que según él representa la pureza. De los jugadores en el fútbol español, admira a Stoichkov, de quien es amigo, "por su velocidad, la facilidad para finiquitar, su temperamento y garra".

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