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Steffi Graf, campeona en Wimbledon por cuarta vez

Monica Seles, de 18 años, seguirá siendo la número uno, pero su nombre no figurará entre los ganadores de Wimbledon. Seles, que apenas gimió al pegar sus golpes, perdió la final ante Steffi Graf, de 23 años, por 6-2, 6-1, en 56 minutos. Graf logró su cuarto título y el undécimo del Grand Slam. Ganó 44 millones de pesetas. Hoy, a las 15.00 (canales autonómicos), Goran Ivanisevic y Andre Agassi disputarán la final masculina. El croata colocó 36 aces y acabó con Pete Sampras, por 6-7 (4-7), 7-6 (7-5), 6-4, 6-2. El estadounidense Agassi puso fin al sueño de John McEnroe y le venció por 6-4, 6-2, 6-3.

Los besos y los gestos de ánimo de Karolj Seles hacia su hija no lograron esta vez su objetivo. Monica acababa de recibir uno de los golpes más duros de su carrera tenística y lo encajó mal. Fue capaz de mantener la compostura mientras duraron los mil actos protocolarios con que los organizadores y los duques de Kent atormentan a los finalistas de Wimbledon. Pero su rostro era patético. A duras penas podía contener el llanto que, seguro, derramaría más tarde en el vesturario.Mientras su boca se entreabría para dedicar una ligera sonrisa a uno de los miembros del protocolo que pretendía consolarla, su cabeza estaría pensando, seguramente, en lo injustamente que todos la habían tratado. Sus gemidos se conviertieron para la prensa y algunas de sus rivales en algo más importante que su juego. Ayer, Monica quiso demostrar que sin chillar también podía ganar. Pero no lo logró. "No quería pensar en los chillidos, pero me dije que en algún momento debería empezar a jugar sin gritar y que podía comenzar aquí, en la final. Pero no creo que esa fuese la clave de mi derrota", declaró la jugadora croata. "A mi me parece evidente que Seles sacrificó un porcentaje de su concentración para no gruñir", comentó Eduardo Osta, entrenador de Arantxa Sánchez.

Seles no estuvo ayer a su altura habitual. Su espíritu luchador desapareció incluso en el último juego del encuentro. Steffi Graf, en cambio, mantuvo una concentración tan alta como su nivel de juego, y no la perdió ni siquiera las tres veces que el partido tuvo que suspenderse por la lluvia. No dejó nada a la improvisación. Su servicio fue importante, pero su derecha fue fundamental. Con ella ganó el título.

Wimbledon vivirá hoy el último acto. La final masculina será inédita y enfrentará a Goran Ivanisevic y al norteamericano Andre Agassi. El croata accede a su primera final de un Grand Slam. El de Las Vegas disputará la cuarta. En las tres anteriores -dos en Roland Garros y una en el Open de Estados Unidos- fracasó estrepitosamente.

Andre Agassi, número 14 del mundo, puso ayer punto final al sueño de McEnroe, quien buscaba su cuarto título, once años después de haber levantado el primer trofeo.

"Es increíble lo bien que intuyó mis golpes y el tipo de pegadas que es capaz de dar sobre hierba", dijo John, refiriéndose a Agassi. "Es quien mejor me ha restado desde Connors. Decididamente, me inclino a pensar que va a ser el nuevo campeón".

Sobre la ya gastada hierba de la central, Agassi hizo una demostración de poder, sin moverse apenas del fondo de la pista.

Agassi, el mejor restador del mundo, se enfrentará al mejor sacador, Ivanisevic. Ayer, el croata conectó 36 aces y elevó su récord del torneo a 169. Durante todo su partido contra Pete Sampras, el campeón más joven del Abierto de Estados Unidos, no le concedió ninguna ocasión para la ruptura de servicio.

Por otra parte, Arantxa Sánchez y Helena Sukova (Checoslovaquia) fueron eliminadas en el torneo de dobles femeninos al perder (6-1, 6-7, 6-5) frente a Gigi Fernández (EE UU) y Natalia Zvereva (CEI), que jugarán hoy la final contra Larisa Satchenko (CEI) y Jana Novotna (Checoslovaquia).

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