Borrell reconoce que el MOPT no tiene dinero para realizar la obra pública comprometida

La escasez de dinero es el principal problema que afronta el Ministerio de Obras Públicas y Transportes según dejó ayer claro su titular, José Borrell, quien afirmó que "habrá que racionalizar las inversiones", "ordenar prioridades" y asumir que "se ha producido un ajuste presupuestario". Durante la inauguración de unas jornadas sobre infraestructuras, el ministro descartó que vaya a aprobarse este año el crédito extraordinario que solicitan los constructores, aunque reconoció que el sector atraviesa una crisis motivada -al menos en parte- por el frenazo en la licitación de obras públicas.

No habrá crédito extraordinario. Tampoco, en principio, recorte presupuestario. Hace falta un billón de pesetas de inversión para acabar el primer plan de carreteras. El dinero del presupuesto del próximo año ya está totalmente comprometido. Con estas cuatro frases resumió ayer el ministro de Obras Publicas y Transportes, José Borrell, los problemas de la inversión en infraestructuras, que debe planear y financiar su departamento.Los constructores reclaman un crédito extraordinario de, al menos, 200.000 millones como "única vía para desbloquear el" plan de carreteras". Argumentan que se lo "habían prometido, aunque sin especificar cuantía" y consideran que sin nuevas inyecciones de dinero es imposible seguir. .

José Borrell les dijo que para más dinero habrá que esperar al año que viene. Después, en una improvisada rueda de prensa, añadió que los fondos presupuestarios de 1993 ya están "comprometidos de sobra", aunque no especificó ese sobrante. Por este motivo añadió, el plan de infraestructuras se presentará después del verano y sin prisas. Según explicó, "habrá tiempo para estudiar con tranquilidad nuevos compromisos porque con los que ya están nos sobra para poder financiarlos el año que viene.

Uno de los compromisos del pasado es el primer plan de carreteras, toda vez que debía concluirse este año. Aquí Borrell cuantificó la financiación necesaria para concluirlo en un billón de pesetas. Ese dinero se dedicaria a pagar "la obra en curso, las desviaciones presupuestarias y las facturas pendientes ¿le pago".

Borrell utilizó la astronómica cifra del billón para cuantificar los fondos necesarios en otras obras publicas pendientes. Así, dijo, hace falta un billón para construir el tren de alta velocidad entre Madrid y Barcelona, también hace falta un billón para el plan puente o de desarrollo regional -que es el que conecta el primer y el segunda plan de carreteras-. Las necesidades pasan al cuarto de billón para otros dos objetivos: la reforma de aeropuertos -empezando por Barajas- o un tren rápido (de 200 kilómetros por hora) entre madrid y Valencia.

Aún con todos éstos problemas, Borrell expresó su confianza en que el compromiso del plan de convergencia de invertir un 5% del PIB cada'año en infraestructuras permita "recuperar la senda de crecimiento de los últimos años".