Renovadores y guerrisitas preparan un tenso comité federal sobre el programa 1992-1997
Los dos sectores más notables del PSOE, aperturistas y guerristas, velan armas estos días para la que puede ser la más tensa reunión de un órgano directivo del partido en los últimos años. El comité federal del próximo viernes debatirá el programa socialista para el periodo 1992-1997, en el que la política económica será la casi única protagonista. En estas fechas ya se han producido significativos hechos que han precedido a esa reunión: de un lado, el explícito apoyo de Felipe González al ministro de Economía; de otro, los mensajes de la pasada semana de Narcís Serra y Alfonso Guerra -en Barcelona y Alicante, respectivamente-, el primero pidiendo más flexibilidad y el segundo criticando a los aperturistas.
Las aguas del PSOE y del Gobierno han vuelto a removerse en los últimos días, en coincidencia con la ausencia de España del secretario general, Felipe González. Las posiciones previas al comité ejecutivo del viernes se concretarán aún más durante esta semana. Ayer, el vicepresidente del Ejecutivo se reunió en Valencia con militantes socialistas para insistir en la necesidad de flexibilizar las posturas internas, en su papel de mediador entre Gobierno y partido, de una parte, y entre los diferentes grupos del PSOE, de otra. Con anterioridad a esa reunión en Valencia, Serra respondió a varias preguntas de los periodistas y afirmó que la reunión del viernes será "importante". Con respecto a su petición -efectuada el sábado en Barcelona- de que el PSOE adopte un talante "más dialogante" y su recomendación de que renuncie a imponer sus criterios, el vicepresidente aseguró que prefiere hablar de los temas internos del partido en las reuniones del partido.
Nuevo proyecto
No obstante, precisó que tales manifestaciones se referían a que el nuevo proyecto de Gobierno de los socialistas y, especialmente, todo lo referente a la convergencia con Europa, "requiere nuevos esfuerzos de diálogo con la sociedad". Sobre la posibilidad de convocar un re feréndum sobre la ratificación del Tratado de Maastricht, Serra dijo que el Gobierno no se ha negado a realizar la consulta, sino que "ha dicho que no lo considera necesario". Las recientes declaraciones del ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, con su reflexión sobre la flexibilización de los despidos y aumento en las retenciones del IRPF; la llamada de Serra a una actitud más dialogante del PSOE y, por último, la intervención en Alicante del vicesecretario general, Alfonso Guerra, en una reunión privada, en la que tuvo palabras críticas contra los aperturistas, no son intervenciones ajenas a lo que se prepara para el viernes, ase guran en el PSOE.
La previsión de destacados dirigentes del sector aperturista y del aparato del partido es que en el comité federal se aprovechará para sacar a relucir los postulados que cada uno defiende en los aspectos político sociales y en los organizativos.
Dirigentes del sector renovador han reconocido que en algún momento pensaron en la posibilidad de presentar un documento conjunto, a modo de propuesta de resolución, pero que algunos de ellos lo desestimaron. Así, prefieren mostrarse sin estrategias premeditadas y que sus posiciones se manifiesten en sus intervenciones públicas.
Los dirigentes del aparato del partido están expectantes por conocer cuál será el sentido de la intervención de destacadas figuras regionales del PSOE, que en las últimas semanas han sido recibidas por González en Moncloa. Así, hay expectación por saber las posturas del presidente de Castilla-La Mancha, José Bono; del de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, o del secretario general de los socialistas gallegos, Antolín Sánchez Presedo. También hay gran interés por observar el tono y contenido de posibles intervenciones de ministros que, como el de Economía, son miembros del comité federal. A éstos no les cabe duda de que tendrán que oír intervenciones críticas de los dirigentes socialistas andaluces y extremeños y de los propios representantes de la ejecutiva federal, órgano que se reúne hoy para preparar el acto del viernes.
De hecho, el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, llegó a decir el domingo en Sevilla que Carlos Solchaga "debió callarse" cuando reflexionó en voz alta sobre los proyectos de flexibilizar el despido y aumentar las retenciones del IRPF. "Un político tiene la obligación de general ilusión y esperanza y no de sembrar inquietud entre los ciudadanos", añadió.
De otro lado, el vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, cenó el jueves en Alicante con más de dos mil miliantes socialistas y vertió de forma implícita críticas hacia los llamados aperturistas. Precisamente en la reunión del comité federal, cada cual querrá explicar qué entiende por apertura y renovación.
Serra ha anticipado su opinión al señalar en Barcelona que el partido debe mostrar una actitud más abierta y dialogante. El sector más a la izquierda del PSOE, sobre todo los miembros de la corriente Izquierda Socialista, aprovecharán la reunión del federal para criticar a Solchaga.
Su argumento es el de que, tras la huelga del 28 de mayo, partido y Gobierno variaron sensiblemente su discurso y empezaron a proclamar su intención de reanudar el diálogo con los sindicatos. A su juicio, esta declaración de intenciones se contrapone a las declaraciones del titular de Economía cuando expone su reflexión sobre la flexibilización de los despidos. Lo cierto es que las declaraciones de Solchaga han sido acogidas con prudencia en el aparato del PSOE, después de que en los últimos meses se hubiera iniciado una etapa de acercamiento.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.