Miles de portugueses aclaman a Mario Soares e inundan la Expo 92 de claveles rojos
La isla de La Cartuja se llenó ayer de claveles rojos. Y de miles de portugueses que vitorearon a su presidente, Mario Soares, y desfilaron por la avenida de Europa para celebrar el día nacional de su país en la Expo 92. Soares, quien fue recibido por el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, y por la ministra portavoz, Rosa Conde, aseguró: "La Expo 92 es la demostración de que la diversidad del mundo no es incompatible con la solidaridad entre todos los hombres".
Mario Soares recordó en su discurso la revolución pacífica que acabó en su país en abril de 1974 con la dictadura de Salazar. Fue entonces cuando los miles de portugueses que abarrotaban el Palenque se pusieron a aplaudir al presidente de la República y a agitar sus claveles rojos.Soares habló del pasado de su país: "Portugal está orgulloso de su pasado glorioso, de su contribución decisiva a la historia de la Humanidad". Y de sus proyectos: "Somos un país volcado hacia el futuro y hacia sus fascinantes desafíos, entre ellos la construcción de Europa". A este respecto, el vicepresidente Narcís Serra, que obsequió al presidente de Portugal con una calurosa acogida, indicó: "España y Portugal han vuelto a encontrarse en este gran descubrimiento de la segunda parte del siglo XX que se llama Europa".
"El primer invitado"
El comisario general de la Expo, Emilio Cassinello, recordó que Portugal fue "el primer país invitado y el primer país europeo que aceptó participar; el primero que nombró su comisario y el primero en escoger terreno en La Cartuja". Y añadió, refiriéndose al futuro de la CE, cuya presidencia corresponde este semestre a Portugal: "En Tordesillas marcamos una línea divisoria apropiándonos de la Tierra; en el mundo de Maastricht es impensable dibujar líneas divisorias ni hacer repartos de poder".
Mario Soares acudió a La Cartuja con una numerosísima comitiva, entre la que se encontraban el escritor José Saramago, el historiador José Matoso y la atleta Rosa Mota. Y por si las cinco bandas de música, los diez grupos folclóricos, los más de 7.000 jóvenes llegados de 150 municipios portugueses que participaron en el gran desfile, no fueran suficientes para dar colorido al día nacional de Portugal, un grupo de jóvenes de Macao, ex colonia portuguesa que en 1999 se integrará en China, cumplimentó a Mario Soares y aportó un espectacular dragón para cerrar el desfile.
Los jóvenes de Macao, cuya máxima diversión consistió en fotografiarse con agentes del Cuerpo Nacional de Policía, aprovecharon ayer para pregonar las excelencias de su península de 600.000 habitantes y para lamentarse por su futuro. Rui Coelho, empleado en un laboratorio, contestó gráficamente a la pregunta de si pensaba visitar el pabellón de China: "Ni loco".
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