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Pugna en Polonia por el control de la televisión pública

Dimisiones, amenazas de cese depuraciones son las principa armas en la lucha por el control de la televisión pública en Polonia que mantienen el presidente Lech Walesa, y el Gobierno de Jan Olszewski. Las principales víctimas de estos conflictos son los periodistas, que esperan, desde hace dos años, la aprobación de una ley que regule el funcionamiento del organismo.

El ejemplo más reciente de la pugna por la televisión pública cuyo papel propagandístico es enorme ante la falta de televisiones privadas, fue el cese, a mediados de mes, del director de televisión, partidario de Walesa. Esta decisión del primer ministro Olszewski, que cogió al presidente por sorpresa, fue la respuesta inmediata a la dimisión obligada, la semana anterior, del jefe de los servicios informativos, considerado como hombre de confianza del Gobierno.

La razón del cese del jefe los informativos fue el haber mandado realizar una nueva depuración entre sus subalternos para eliminar a los supuestos comunistas, destinada, en realidad, según suponía Walesa, a perseguir a sus seguidores. Para colmo, esta depuración de los cuadros es ya la segunda que se produce en el curso de los últimos meses. No es nada extraño que las purgas que azotan a la televisión den como fruto la intimidación de los periodistas, que dudan en comparar la situación actual con la época comunista.

El único remedio de esta situación agobiante podría ser una ley sobre las televisiones. Su aprobación, sin embargo, bloqueada, tanto por el presidente como por el Gobierno porque ambos desean influir en el nombramiento del futuro secretario del Consejo Nacional de Televisión.

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