Un sucesor razonable

LA ELECCIÓN presidencial en Filipinas empieza a tener un vencedor: el general Fidel Ramos, candidato y fiel colaborador de la presidenta saliente, Cory Aquino, se adelanta voto a voto a sus rivales. Y es que el recuento de papeletas es tan lento que, contrariamente a lo que es usual en otros países democráticos (probablemente gracias, entre otras cosas, a territorios menos atomizados que el de Filipinas), durante los días inmediatamente posteriores a los comicios no ha podido ser extrapolada con claridad la victoria del candidato oficial.Los candidatos con mayores posibilidades de triunfo eran el propio Fidel Ramos y Miriam Defensor-Santiago, la juez cazacorruptos, líder del Partido de las Reformas del Pueblo (PRP), fustigadora implacable de la vida política y financiera de Filipinas, a la que sus partidarios conocen simplemente como Miriam. Hace días que la candidata acusa a los oficialistas de fraude electoral en el recuento, pero parece dificil que pueda demostrarlo, sobre todo a la vista de la cada vez mayor distancia a la que las urnas colocan a uno y otro contendiente. Las últimas cifras sugieren que Ramos se acerca al 40%, mientras que DefensorSantiago está en el 33% y el tercero en discordia, el millonario Eduardo Cojuangco, se encuentra, con el 3 1 %, muy cerca de ella.

El proceso electoral ha tenido también su aspecto de sainete a lo Ruiz-Mateos, con las aventuras y desventuras de Imelda Marcos, viuda del anterior hombre fuerte, Ferdinand Marcos. Además de haber presentado su candidatura apoyada en súplicas al Espíritu Santo e invocaciones a la bondad del pueblo que la 11 adora", Imelda, como si de una viuda peronista se tratara, esperaba su victoria en las urnas para importar los restos mortales de su marido desde Hawai, en donde descansan desde su fallecimiento en 1989. Ha tenido que aplazar el proyecto, no sólo porque ocupa el quinto lugar de los siete contendientes por la presidencia de la República y no podrá ganar, sino porque además tiene que hacer frente a 54 querellas interpuestas contra ella por el Gobierno, que la acusa de corrupción, evasión fiscal y de divisas por el nada despreciable monto de medio billón de pesetas.

Fidel Ramos parece el hombre más idóneo para suceder a Cory Aquino. No sólo porque, en la primera hora, el 22 de febrero de 1986, fue el jefe militar cuya firmeza acabó con la expulsión del dictador Marcos. También debe recordarse que su fidelidad a Aquino y a los principios democráticos ha sido el bastión contra el que se han estrellado una y otra vez los repetidos intentos desestabilizadores contra el nuevo régimen.

Cuando tome posesión de la presidencia en el próximo mes de julio, Ramos tendrá que hacer frente a dificultades económicas, políticas y sociales sin cuento. Pero el sucesor democrático de una presidenta que, débil o no, dubitativa o no, ineficaz o no, ha representado la recuperación democrática de Filipinas, es quien disfrutará de las mejores opciones para pacificar el país y, con la indispensable ayuda estadounidense, empezar a desarrollarlo sensatamente.