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Operación del Ejército de EE UU en el norte de Irak para recuperar documentos sobre el genocidio kurdo

El Pentágono norteamericano ha autorizado, tras meses de negociaciones, una operación por la que permite a aviones militares y de transporte terrestre entrar en el Kurdistán, en el norte de Irak, para recoger unas 30 toneladas de documentación -expedientes escritos y grabaciones en vídeo- que testimonian la represión y matanzas llevadas a cabo por las tropas del presidente iraquí, Sadam Husein, contra el pueblo kurdo.

Según aseguran las organizaciones humanitarias que han negociado en Washington esta cooperación, la documentación será utilizada para determinar si el Gobierno de Bagdad es susceptible de ser acusado de violar la convención de las Naciones Unidas de 1948 sobre genocidio. Dicha convención, que prohibe la represión dirigida a la destrucción "total o parcial" de todo grupo étnico, fue firmada por Irak en 1959. La documentación que el Ejército norteamericano ayudará a sacar de Kurdistán se halla en poder de diversas organizaciones kurdas que obtuvieron el material gracias a la labor de rastreo de sus militantes en los archivos policiales, militares y gubernamentales iraquíes y la guardan en zonas inaccesibles del territorio kurdo.

En este territorio del Kurdistán iraquí -con 3,5 millones de habitantes- estaba previsto que ayer se celebraran las elecciones por las que 1,1 millones de kurdos elegirán democráticamente a su líder y un Parlamento. Los comicios fueron aplazados a mañana, debido a que 12 horas antes de la hora prevista para la apertura de las urnas, se comprobó que la tinta indeleble, enviada desde Alemania para marcar a quienes han votado e impedir el fraude, era fácilmente borrable. Según declaró ayer un responsable kurdo, la "crisis de la tinta" ha sido resuelta "con la producción local de suficiente tinta indeleble" como para permitir la celebración de las elecciones en el día previsto.

Los dirigentes kurdos -que desde hace un año intentan inútilmente negociar con Sadam Husein un régimen autonómico para su región- han logrado la ayuda de la ONU, que ha adoptado medidas especiales para contribuir a la importación de papeletas y otro material necesario para los comicios, a pesar del bloqueo internacional vigente contra Irak desde la guerra del Golfo.

Fuentes del movimiento kurdo aseguran que las elecciones proporcionarán unas bases democráticas para el autogobierno sin poner en entredicho la soberanía o la integridad territorial de Irak.

Dos dirigentes kurdos compiten en las elecciones, que constituyen también un referéndum sobre si el Kurdistán debe apostar por un acuerdo de autonomía con Bagdad. Así, por ejemplo, la elección de Masud Barzani, de 46 años, supondría el triunfo de la tesis que defiende que los kurdos iraquíes están aislados geográfica e históricamente y deben llegar a un pacto con Sadam, Husein si éste acepta sus exigencias. Su rival Jalal Talabani, de 59 años, cree que no debe haber acuerdo alguno con Sadam Husein.

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