_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Santo

Rosa Montero

Si Dios no lo remedia (imagínense el susto de la concurrencia si, en mitad de la ceremonia, empiezan a caer rayos al más puro estilo de maldición bíblica hollywoodiense), mañana será beatificado monseñor Escrivá. Hay quien opina que a los agnósticos no debería importarnos que la Iglesia santifique a quien le dé la gana, y argumentan que es un asunto interno, una especie de medalla al mérito laboral dentro de la empresa. El razonamiento no está mal, pero no es cierto. Quiero decir que no es verdad que sea un asunto interno, del mismo modo que tampoco es puramente espiritual, como pretenden los miembros de la Obra. Porque, desde luego, resulta muy terrenal, e incluso la mar de lodoso y embarrado, todo ese escándalo de la manipulación de los testigos, de la exclusión de las voces críticas, de la meteórica velocidad de todo el proceso.Los santos, sean de la religión que sean, tienen algo que les hace importantes: el consenso de respeto que les respalda a través de los siglos. Yo respeto ese respeto, y por eso, porque no me tomo los santos a choteo, me escalofría la beatificación apresurada de un hombre sobre el que he leído cosas espantosas: soberbias, despotismos, atrocidades. En realidad estamos hablando de poder, y del respaldo a la influencia y la ideología del Opus. ¿De verdad cree alguien que la beatificación de Balaguer va a ser un acto políticamente inocente? Seguir adelante con el proceso ante tanta polémica y tantos indicios de irregularidad me parece algo así como un golpe de Estado espiritual. Puestos a santificar excesos, y para no desperdiciar ,los preparativos de la bonita ceremonia de mañana, sería mejor beatificar al pobre Casey, ese obispo irlandés, tan humano en su humillación y su debilidad, que al menos ha tenido la dignidad de reconocer públicamente que ha pecado.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_