Letras del Tesoro

Quiero manifestar, antes que nada, que los anuncios de letras del Tesoro a los que se refiere en la carta al director publicada en el diario EL PAÍS del lunes 30 de marzo han dejado de emitirse, y no es nuestra intención reponerlos en el futuro. Jamás pasó por nuestra mente hacer apología de la tortura en ningún sentido, ni justificarla con finalidad alguna. Sencillamente, concebimos el anuncio como un chiste visual, en el que se trataba de exponer de una forma plástica y jocosa la idea de que, a veces, para obtener información de los intermediarios financieros sobre las letras del Tesoro, es preciso exigirla con firmeza y retorcer el brazo -valga el anglicismo- a los empleados de la entidad financiera.La carta revela, sin embargo, que, efectivamente, cabe legítimamente hacer una interpretación distinta del anuncio y ver en él un mensaje, más o menos larvado, de aceptación de la tortura. A pesar de no ser ésa nuestra intención, agradezco a su autor que haya hecho pública su opinión sobre esta materia, colaborando a que el Tesoro público evite cualesquiera mensajes publicitarios que puedan ser interpretados de forma distinta a como se concibieron.- Director general del Tesoro y Política Financiera.