Emilio Sanchez Vícario, eliminado por el suizo Rosset
Madrid perdió por motivos bien distintos a su tenista, Emilio Sánchez Vicario, y a uno de los grandes, el alemán Boris Becker, el primer cabeza de serie del torneo, pero conservó a John McEnroe. En el estadounidense se concentran todas las esperanzas de espectáculo. Ayer dejó una buena muestra ante el español Pérez Hubert (6-7, 6-4 y 6-3).Emilio Sánchez Vicario cayó ante el suizo Marc Rosset (0-6, 63 y 3-6), que ya se ha acostumbrado a ganarle. En cambio, Becker se retiró sin pisar la cancha al alegar una lesión de espalda. El partido entre Lendl y Markus se aplazó hasta hoy. McEnroe sufrió pero salvó el orgullo de los grandes. A sus 33 años, acusa en exceso la fragilidad de sus piernas, pero conserva el talento. Sigue encendiendo las gradas con sus golpes, aunque le cuesta moverse. Ayer se encontró con un tenista, nueve años más joven que él, que ni siquiera aparece en la clasificación de la ATP. Marcos Pérez Hubert, un socio del club Chamartín que accedió al cuadro principal por una invitación especial. Uno de esos tipos que se deja la vida en estos partidos.
Ninguno dio un golpe de más; sólo los justos. Todos los raquetazos pretendían ser ganadores. Por eso, y pese a la duración del partido, los peloteos largos escasearon. Hubert salió sin miedo. Sabía que si le mostraba respeto a su ídolo, la muñeca le temblaría. McEnroe sudó, pero supo conservar siempre su servicio apelando a su vieja máxima: saque y volea. Hubert se acabó. En el camino dejó su osadía y la satisfacción de haber hecho a McEnroe restregarse un par de veces sobre la tierra batida.
Emilio Sánchez Vicario tenía al público de su lado, pero, aun así, no pudo con Rosset. Había perdido sus dos enfrentamientos anteriores con él -en 1990, en Gstaad (Suiza) y Madrid- y también, sucumbió en éste. Rosset posee un servicio terrorífico y un juego incómodo. Sánchez no encontró nunca la manera de apretarle. Si jugaba a la defensiva, Rosset se amoldaba y esperaba pacientemente la primera bola asequible para asestar un drive definitivo. Si se arriesgaba, fallaba. Trató también de apostar por lo psicológico, pero sus miradas desafiantes no dieron su fruto.
Otros resultados: Sergi Bruguera-Renzo Furlan (6-1,3-6 y 6-3); Germán López-H.J.Davis (7-5 y 6-4); Alberto Mancini-Javier Frana (6-4 y 7-5); Andrés Gómez-Tomás Carbonell (6-2 y 6-0); Boetsch-Miniussi (6-7, 6-2 y 6-3); y Martín Jaite-Alberto Berasategui (6-4 y 7-5).
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