_
_
_
_
EXPO SEVILLA 92

Las mil y una pantallas

La Expo se convierte en la mayor concentración de audiovisuales del mundo

No son pocos los motivos que han hecho del Cine Espacial del finado Pabellón de los Descubrimientos el elemento más significativo de lo que puede verse en los pabellones: su sistema Omnimax, consistente en una pantalla semiesférica dentro de la cual se sientan los espectadores, proyecta una cinta de 70 milímetros, esto es, el formato más grande que existe en negativo de película, y 15 perforaciones. Los 15.000 watios de la lámpara de su gigantesco proyector dan una idea de lo espectacular del artefacto.Otro de los descubrimientos de la Expo es el sistema Imax, que con la calidad de imagen del Omnimax se proyecta en pantalla plana. Los pabellones han aderezado este invento con múltiples variaciones. Así, en el pabellón Fujitsu hay que equiparse con unas gafas especiales, que permiten visualizar las imágenes planas como 'volúmenes tridimensionales. El invento se llama "Imax sólido".

Más información
Para todos los públicos

El sistema del pabellón de Canadá tiene todos los méritos: su cinta de 70 milímetro y 17 perforaciones -el no va más- correrá a los ojos de los espectadores a una velocidad de 48 imágenes por segundo.

Francia, con su Pozo de la Luz, exhibe un sistema Imax "con efectos especiales", a saber: pantalla al fondo de un pozo forrado de espejos que reproducen las imágenes hasta el infinito...

Otra interesante opción audiovisual la ofrecen los pabellones anfitriones, el español y el de Andalucía, que han optado por el Showscan, que proyecta con gran calidad de imagen una cinta de 70 milímetros a velocidad vertiginosa: 60 fotogramas por segundo. El pabellón de España ha logrado un auténtico circo de la imagen, combinando la sofisticada técnica de rodaje y proyección con unos asientos móviles. Andalucía ha optado por dotar al cine de una pantalla en forma de anillo que rodea el patio de butacas. El mismo sistema lo exhibe el pabellón del Medio Ambiente, que, a través de unas gafas especiales, consigue que las imágenes se presenten en tres dimensiones.

Pero, sin duda, la oda al audiovisual la representa Uruguay, cuyo habitáculo en Plaza de América está presidido, como único y modesto elemento, por un monitor que reproduce imágenes sobre la riqueza del país.

Diferencias

El espectador no acierta a descubrir la diferencia entre uno y otro innovador sistema sino por las evidencias: la forma de la pantalla y la movilidad de los asientos. Un revolucionario sistema Imax de vacío para que no vibren las imágenes o las ocho o 17 perforaciones por fotograma son imperceptibles para los ojos del paciente visitante atiborrado ya de originalidades, tecnicismos y folclore.

De todo. Hasta la policía ha tenido que tomar cartas en el asunto confiscando ocho kilos de hojas de coca al pabellón de Bolivia que, preparada ya para la inauguración, tenía almacenadas las preciadas plantas para, tal y como anunció, invitar a mascarlas a sus visitantes. También Perú se sumó al peculiar festín alentando a los expoandantes a comprobar los beneficiosos efectos de estas hojas, que figuran desde toda la vida en la despensa de los indígenas "para calmar la fatiga, el dolor de cabeza y de estómago".

El comisario boliviano sólo deseaba sorprender a los visitantes como Chile con su iceberg, según dijo. Las 60 toneladas de hielo milenario que expone Chile, amén de concienciar al visitante de la conservación de la Antártida y de mostrar la variedad de recursos con que cuenta el país, será visita imprescindible en una ciudad con 42 grados de temperatura media en verano, y esto siempre se agradece.

Al igual que se agradece que los pabellones participantes rompan con los tópicos que circulan sobre sus respectivos países. Resulta sorprendente el sentido del humor con que el pabellón suizo, del que ya advierten los búhos amarillos que coronan la fachada de su edificio: un continuo "Suiza no existe" alude, con gracia, a la articulación cantonal del país. Los reverenciados sistemas audiovisuales de otros pabellones se reducen aquí, y no por falta de presupuesto, a un vídeo doméstico con incansables secuencias "causa-efecto", de ésas construidas con una vela que, al arder, rompe el hilo que sujeta la hilera de fichas de dominó que se van tumbando...

Los japoneses tampoco han sucumbido a la tentación de alardear de su mundialmente conocida tecnología, y han optado por lo tradicional de su cultura con una muestra de papiroflexia, origami lo llaman ellos, que reproduce un delicioso paisaje oriental en el que se suceden las cuatro estaciones.

Una de las joyas de la Expo, en el sentido estricto de la palabra, es el huevo Argail, de 70 centímetros de altura, custodiado en el pabellón de Australia. Sus 15 kilos de oro incrustados con 20.000 diamantes -exclusivos por sus colores rosa, champán y coñac- no desmerecen otros tesoros de la Expo.

El pabellón de España ha derrochado esfuerzos en conseguir dos de las mejores exposiciones de arte del recinto de La Cartuja. La muestra universal será una ocasión única para ver muchas cosas, pero contemplar un conjunto de creaciones de Goya, Dalí, Picasso, Juan Gris, Velázquez, Zurbarán, El Greco y Berruguete, por citar algunos, es un lujo que sólo se podrán permitir quienes visiten el edificio anfitrión. Hasta 47 contemporáneos, de la talla de Arroyo, Barceló, Chillida, Gordillo, Guerrero, Antonio López, Sicilia, Saura, Tápies y hasta 47 españoles universales completan esta apuesta por la visión global de la creación artística española. En joya, tesoro y arte, dificilmente superable es la exposición sobre el Oro Andino, que llevan adelante los países participantes del pabellón Plaza de América.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_