La nación evanescente

Nuestro informe sobre la posibilidad de que Bélgica deje de ser una nación unida causa sensación. Bélgica está, aparentemente, a punto de unirse a alguna de las nuevas agrupaciones del Benelux, con Bruselas como un Washington independiente de la CE, o de dividirse entre Holanda y Francia. ( ... )Sería el segundo país en desaparecer en dos años, siguiendo el ejemplo de Alemania Oriental en 1990.

Si, como se cree, el país se divide entre sus dos vecinos históricos, las dos mitades aportarían una gran fuerza a sus nuevos hogares. El flamenco de Bélgica es más suave y delicado que los ásperos acentos guturales del alemán, y los Países Bajos se pueden encontrar con que su idioma, generalmente impopular y poco hablado despertaría más interés y estudio en el extranjero. ( ... ) El. ganador sería, por supuesto, Jacques Delors. Las oficinas del decadente edificio de Berlaymont se podrían recolocar en alguno de los grandes edificios que pronto estarán de más en Bruselas. ( ... )

Europa, con una capital para sí sola, podría gozar de verdad de los aprestos del poder mundial, capaz de honrar a sus fundadores y a los visionarios que tomaron a esta ciudad como sede: Jean Monet, Robert Schuman. ( ... ) Si hoy se toma esta de cisión, a Jacques Delors le correspondería el honor de un lugar en la famosa Grand Place, renombrada Place du ler Avril, 1992, para conmemorar la fecha.

1 de abril