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BALONCESTO

Los fabulosos novatos de Michigan

Un equipo con jugadores de primer año es la sensación de la Liga Universitaria

Santiago Segurola

Los fabulosos novatos de Michigan continúan su cabalgada en el torneo universitario de Estados Unidos. Con una media de 19 años de edad, el quinteto de Michigan ha alcanzado la final four y pretende lograr algo nunca visto: conquistar el título con un equipo inicial integrado por jugadores que cursan su primer año en la Universidad. El resto de los semifinalistas son Duke, Indiana y Cincinnatti. Todos ellos han sido campeones alguna vez y convertirán las semifinales del próximo sábado en Minneapolis en una aventura apasionante.

Hace un año, el entrenador Steve Fisher acabó con su peor estigma. Llegó al equipo en marzo de 1989, a tiempo de conducir a los Wolverines de Michigan a su primer título universitario. Pero desde entonces no había reclutado a ninguna estrella escolar, ni tan siquiera en el Estado de Michigan, uno de los mejores escaparates de jóvenes baloncestistas. Y de repente, el pasado año, reunió a la mejor camada de la historia. Cinco jugadores de 18 años, cuatro de ellos entre los 15 mejores del país. Y todos complementarios. Había un base, un escolta, dos aleros y un pivote.Los gurús del baloncesto norteamericano coincidieron en señalar que nunca se había juntado tanto talento en un equipo y tan bien distribuido. Y al grupo no le faltaba inteligencia: casi todos presentaban un notable historial académico. Los nombres: Chris Webber, 2,06 metros, alero, el mejor prospecto del Estado de Michigan desde la aparición de Magic Johnson en 1978. Webber anota (30 puntos frente a East Tennessee State y 23 ante Ohio State en los dos últimos partidos del torneo), rebotea (es el primer novato que ha logrado encabezar la clasificación de rebotes en la poderosa división Big Ten), pasa, tapona y contagia el entusiasmo a todos los que le rodean.

Junto a él está Jalen Rose, dos metros, escolta, hijo de Jimmy Walker, un antiguo astro de Providence que forjó una buena carrera en la NBA. Rose ha crecido en los patios de Detroit, como Webber, y es un anotador puro, además de excelente pasador. Dicen que es una fotocopia de Jamaal Wilkes, el gran alero de los Lakers en los años setenta y ochenta. Jimmy King es el base. Mide 1,92 y es un jugador explosivo, conocido por sus proezas en los males. Juwan Howard es el pívot. Mide 2,06 y combina el músculo con un excelente tiro. El pasado año estuvo considerado como el tercer mejor jugador escolar. Y el último y menos conocido: Ray Jackson, un atleta de 1,98 metros, dotado de tina gran versatilidad.

Talento confirmado

Quedaba por ver si tanto talento juvenil se confirmaba en el duro tránsito al baloncesto universitario. La historia está llena de fracasos de jugadores que parecían destinados a la fama cuando salieron de las escuelas. Esta vez los resultados han estado por encima de las previsiones. En febrero, Ray Jackson salió por vez primera de titular y completó el quinteto de novatos. Desde entonces, Michigan ha ganado 13 partidos y sólo ha perdido dos. Su paso por la fase final del campeonato es sensacional. Michigan es el equipo de moda. Todas las portadas son para ellos. Son jóvenes, tienen clase y parecen unos pura sangres en la línea de salida. La opinión general es que los cinco serán elegidos algún día en la primera ronda del draft de la NBA, y casi todos en los puestos más altos.Su rival el próximo sábado será Cincinnatti, el equipo que una vez tuvo a Oscar Robertson como luminaria. Cincinnatti no disputaba el torneo desde 1976. Plagado de jugadores procedentes de universidades secundarias, se presenta un equipo duro, de gente veterana, con un enorme poderío defensivo y sin ninguna reputación que perder: nadie les esperaba en las semifinales.

El otro partido reunirá al maestro, Bobby Knight, y al discípulo, Mike Krzyzewski, o lo que es lo mismo Indiana contra Duke. Knight dirigió hace casi 30 años a Krzyzewski cuando dirigía al equipo de la academia del Ejército. Krzyzewski ha obtenido lo mejor de su tutor -la pasión por el baloncesto, su habilidad estratégica y su carisma- y no se ha contaminado por lo peor: su actitud dictatorial.

Duke intenta renovar el título, objetivo que nadie ha cumplido desde 1973, cuando UCLA venció a Memphis State. Krzyzewski cuenta con un gran núcleo de jugadores: Christian Laettner -el mejor jugador del año y autor el viernes de lamemorable canasta en el último segundo ante Kentucky-, el inteligente Bobby Hurley como base y los dos Hill -Grant y Tom- en las alas. Indiana contestará con uno de losmejores equipos que ha tenido Bobby Knight: el elegantísimo alero Calbert Cheaney, el base Damon Bailey y el alero Allan Henderson, un novato de 2,05 metros con tanta clase como cualquiera de los cinco de Michigan.

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