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El Barça tropieza en Pamplona

El Barcelona perdió un punto en El Sadar en otro momento inoportuno. Su persecución, convertida después en mano a mano con el Real Madrid, perdió ayer una estación de la Liga para el conjunto de Johan Cruyff que malgastó la primera mitad con un fútbol insulso, de salón, y desperdició en la segunda media docena de oportunidades, metido en prisas y en un fútbol agonístico sin premio alguno.El Barça padece el síndrome de Estocolmo. Tanto perseguir al Real Madrid, secuestrarle incluso el ánimo y las ideas, ha acabado por interiorizar los males de su cautivo y en Pamplona exhibió su catálogo de virtudes técnicas individuales pero escondió su espíritu de grupo que le ha facilitado los mejores botines. Frenó su endiablada velocidad habitual ralentizando el fútbol hasta la exasperación y permitiendo al Osasuna sacudirse el miedo.

Fuera la rotunda victoria del Real Madrid, fuera el frío intenso de Pamplona, fuera el arrebato conservador de Cruyff en el diseño de la alineación, lo cierto es que el Barça le cogió aversión al área de Roberto, empeñado en rondos y florituras que morían en las inexactitudes de Nadal o las desventuras de Goikoetxea por descubrir en qué equipo militaba.

El Barça ha perdido velocidad y eso le genera conflictos en ataque. Sus jugadores se refugian en el manejo del balón y sólo los impulsos de Laudrup y Koeman recuerdan el discurso futbolístico de los azulgranas. A pesar de todo, el Barça no perdió el control ni el ritmo (lento) del partido, mostrándose inspirado en los inicios de cada periodo y reservando a Osasuna el capítulo de contragolpes a cargo de Urban y Stevanovic que exploraron con timidez la falta de cintura de los defensores de Cruyff.

El fútbol de salón tiene un límite. Luego empalaga. El primer tiempo concluyó con indigestión de merengue. La segunda mitad presentó algún maquillaje. Las urgencias barcelonistas se tradujeron en una mayor velocidad en las acciones, especialmente por parte de Stoichkov. El partido adquirió un inusitado dinamismo. El Barça sometió a Roberto a un intenso trabajo. En apenas 15 minutos Nadal, Laudrup y Amor le rescataron del paro y el disparo de este último rebotó en el poste en la primera gran ocasión del Barca.

El Barça topó con el infortunio cuando salió al encuentro del partido. Osasuna se refugió en el empate cediendo al Barca el espíritu agonístico.

Ni la lentitud ni las prisas son buenas consejeras. El Barça no encontró el centro de la virtud y perdió una estación en el trayecto de la Liga. El síndrome de Estocolmo le ha llevado al extremo de intercambiar los papeles y ahora el cautivador es el cautivo. El culebrón continua.

Victoria del Mallorca

El Mallorca ganó 1 -0 al Sevilla en partido disputado ayer en el Luis Sitjar. El equipo balear, último en la clasificación, mantiene su pelea por salir de los puestos del descenso. El tanto fue marcado por el yugoslavo Milojevic, fichado hace escasas semanas del Mérida, en el minuto 32 al desviar un disparo lejano.

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