El juez afirma que Franco Vila podría haber incurrido en un delito de homicidio

El magistrado Joaquín Aguirre, que el martes decretó el ingreso en prisión provisional de Franco Vila, detenido por la muerte del joven Guillermo Alfonso Lázaro el pasado domingo en el estadio de Sarriá, a consecuencia del lanzamiento de una bengala, afirma que podría haberse cometido un delito de homicidio. La tesis del juez se basa en el supuesto de que pudiera probarse que Vila observó haber herido a un persona al lanzar la bengala y, posteriormente, disparar otra.

El magistrado Joaquín Aguirre realizó estas afirmaciones poco después de dictar el auto de prisión de Franco Vila y de dejar en libertad al otro arrestado, José Marsán. "Una persona que adquiere un artefacto pirotécnico, sin cerciorarse bien en que consiste o sabiéndolo y lo emplea sin seguir las instrucciones técnicas, no cabe duda de que incurre en imprudencia temeraria, como ha ocurrido en este caso". "Y no sólo eso, sino que si se lograra probar que siguió la trayectoria del primer disparo, que observó que había herido una persona, que había caído el cohete entre el público, y a pesar de eso, y conociendo el alcance del primer disparo, efectuó un segundo, no sólo podría constituir una imprudencia temeraria, sino que podría resultar y eso se determinará en la instrucción de la causa, un delito de homicidio por existir dolo eventual".En el apartado segundo de los razonamientos jurídicos del auto, el magistrado ya expresa su tesis: "De la instrucción de la causa pudiera resultar que la actuación del inculpado ha traspasado la tenue frontera que separa la imprudencia temeraria del dolo eventual, dado que, según diversos testigos presenciales, fue recriminado por algunas personas que le dijeron que se marchaba del lugar una vez que ya había causado daños a otras personas, frase que ha sido negada por el inculpado en su declaración y que además añadió, que no vió el lugar donde cayeron los dos cohetes que lanzó".

Tras ser puesto en libertad, José Marsán confirmó que tanto él como los tres niños que les acompañaban lanzaron una bengala de humo, mientras que Franco Vila tiró otras dos, que le fueron regaladas en el puerto, sin conocer su potencia ni peligrosidad.