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El día de Juana Vázquez

Los vecinos de Fuenlabrada celebran la fiesta de una 'santa' que nunca lo fue

Los vecinos de Fuenlabrada mantienen viva desde hace muchos años la popular tradición de acudir al campo el 9 de marzo en compañía de amigos y familiares. No todos conocen, sin embargo, que esta costumbre tuvo su origen en el siglo XVI, cuando los campesinos acudían a un pueblo cercano, Cubas, a venerar "a la santa Juana", una mujer a quien se atribuyen numerosos prodigios y milagros y a quien el Vaticano no ha llegado siquiera a beatificar. Ayer, cerca de 30.000 personas invadieron el paraje de Valdeserrano para disfrutar de una moderna romería con tortillas, pan y gachas.

Son muy pocos los fuenlabreños que hoy día acuden como antaño a rendir culto a la santa, que está enterrada en la ermita de Cubas de la Sagra, localidad donde sí se celebra una romería que rememora las curaciones y los milagros atribuidos a Juana Vázquez Gutiérrez a lo largo de sus 53 años de vida. Cuenta la leyenda que después de su muerte su cuerpo permaneció incorrupto. Incluso los trozos de su hábito fueron repartidos como reliquias porque se les atribuían virtudes curativas, lo que sometió a su cuerpo al póstumo suplicio de ser desvestido y vestido por reinas y duquesas a lo largo de más de un siglo.A pesar de todo, esta figura de santificación popular no está beatificada; de ahí que quien primero fuera Juana Vázquez y después sor Juana de la Cruz se haya convertido, sin la bendición oficial de la Iglesia, en santa Juana o, para ser más exactos, en la santa Juana.

Con el paso del tiempo, los fuenlabreños han modificado el itinerario y la mística de los primeros peregrinos y han establecido un nuevo guión adaptado al espíritu alegre de las jóvenes generaciones. Ahora, el día de la santa Juana, transformado en el día de la tortilla, es una jornada especial dedicada exclusivamente a disfrutar del campo o de una sencilla excursión.

Ayer, desde muy temprano, en las calles más concurridas de Fuenlabrada se vivía un ambiente muy especial. Las clases se suspendiéron para que los estudiantes pudieran acudir a comer tortillas, a pesar de que todavía la jornada no es fiesta oficial en la localidad. Para aquellos que no quieren pelar y freír patatas, los bares lanzan suculentas ofertas.

Tortillas baratas

En uno de estos restaurantes, La Esperanza, situado en la calle Honda, por 600 pesetas se podían comprar ayer dos hermosas tortillas adornadas con pimientos. Además también se podía encargar un pan redondo, denominado libreta o pan de santa Juana, donde se acopla mejor la tortilla. Aparte dé este plato típico, algunos prepararon ayer las puchas o gachas dulces, hechas con harina tostada, azúcar, anís en grano, agua, pasas y nueces.Con estas provisiones, miles de fuenlabreños se encaminaron, a partir del mediodía, a los parajes y campiñas que rodean la localidad. Abandonaron asfaltos, calles y carreteras y pasearon por caminos y senderos que el Ayuntamiento ahora se esmera en cuidar. El lugar más frecuentado es Valdeserrano, un latifundio situado al sur de la localidad, donde a las tres de la tarde se habían congregado 20.000 personas. Por comodidad o tranquilidad, muchos acuden a las zonas despobladas del parque de Polvoranca o Fregacedos. En Valdeserrano, el Ayuntamiento instaló servicios y bares, y la delegación de Cultura preparó un abanico de actividades musicales y de animación. Para los más pequeños se instalaron grandes muñecos de goma.

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